divendres, 28 de març del 2014

LA MEMORIA INMINENTE

Adolfo Suárez Illana, frívolo hijo del ex presidente del Gobierno de España Adolfo Suárez González, anuncia que la muerte de éste es inminente. Con aire taurino, oficia de peón enterrador y en la última suerte marea y marea los restos de la vida que en la soledad él o no siente o no le pesa. Apenas cuarenta y ocho horas y el deceso será suceso. Pero, impacientes, los diarios montan anticipadamente sus portadas con la muerte predicha; los adioses de tinta saben a luctuosa y festiva efeméride. Adolfo Suárez Illana, que abandonó el ruedo de la anunciación entre lágrimas morunas o rondeñas, espera y espera; el funeral es inminente, sólo falta el muerto. La periodista de TVE que cubre la noticia sin noticia desde la puerta del hospital no oculta su enfado por no poder informar todavía en pasado, y eso que ya han transcurrido dieciocho horas. La capilla ardiente se instalará en el Congreso de los diputados; sólo falta el muerto. El hijo ha hablado y el padre aún no ha callado. "Silencio todo el mundo", ordena el que no pudo acelerar la suerte ni con la pistola en la mano. Sólo falta el muerto, ya está tardando.

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