dilluns, 3 d’agost del 2015

OCCISA EN VERSO NO ESCRITO

Marianne Moore se despeñó en su despacho elegante mientras brizaba demonios africanos. Lo hizo desde un sueño inconcluso, interrumpido por un brote insurgente de negrismo no apto para su admisión en los bajos fondos de su soberbia. No obstante, a tiempo desmereció la dureza del suelo y pudo salir indemne de su propio yerro. Vivió para "morirlo" en otro momento antes de morir para escribir su único poema con sentido.

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