dimarts, 17 de febrer del 2015

LA CONSTITUCIÓN DE LOS POLÍTICOS Y LA CONSTITUCIÓN

El 4 de julio de 1854, el norteamericano Henry Thoreau pronunció el discurso titulado "La esclavitud en Massachusetts". La zozobra que conturbaba entonces el corazón de la Unión apenas dista de la que hoy inquieta a algunas gentes en Europa, en general, y en España, en particular. Reproduzco a continuación el tenor de un parágrafo demostrativo de lo afirmado: "¿Nunca aprenderán los hombres que la política no es la honradez, y que jamás dictamina como justo lo moral sino que simplemente se guía por lo que es útil? La política elige al candidato presentado, que invariablemente es el diablo, y ¿qué derecho tienen sus electores de sorprenderse porque el diablo no se comporte como un ángel de la luz? Lo que se necesita son hombres, no políticos, hombres íntegros que reconozcan que existe una ley superior a la Constitución o a la decisión de la mayoría. El destino de un país no depende de cómo se vote en las elecciones, el peor hombre vale tanto como el mejor en este juego; no depende de la papeleta que introduzcas en las urnas una vez al año, sino del hombre que echas de tu cuarto a la calle cada mañana". (Traducción de Mª Eugenia Díaz de "Desobediencia civil y otros escritos", edición de Juan José Coy para Alianza Editorial.)

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