diumenge, 9 de novembre del 2014

LAS LÁGRIMAS DE MONAGO

Llora Monago, España, su aflicción ante una granada representación de sus correligionarios. Llora Monago en su oculta soledad, ahora asolada, y no le queda más que el confort del recuerdo del retiro soleado y afortunado de las Islas Canarias. Llora Monago mientras la mitad de la taifa, con Arenas al frente, mira indisimuladamente para otro lado, ocasión que aprovecha el padrecito para derramarse en la propia intimidad. Nunca tuvo Monago cuentas en Suiza o en Liechtenstein, como los que no tienen "lo que hay que tener" para decírselo a la cara a él. A Monago, sí, el ÉL de los cristianos viejos. Monago, es verdad que sabe más el cristiano por viejo que por... Monago.

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