dilluns, 9 de gener del 2017

EL INTERIOR DEL POETA

Conviene volver siempre la mirada al fondo sin fondo de las cosas, al horizonte incomprensible en que voluntariamente se asila el entendimiento, cuya fe le entrega como una renuncia a una creencia aún mayor, la del hombre en sí mismo. Ni más ni menos que T. S. Eliot exhuma la raíz del conocimiento en duda y la presenta con Heráclito en el frontis de los "Cuatro cuartetos" cual robusto tallo, seguro de la acción vivificadora de su savia. Crecer y multiplicarse tantas veces como se toma aliento; nada dar por ignorado, nada dar por perdido, ser todo un antiguo principio del que nada escapa, de quien nadie se desase. Va ahí, "el oscuro", con el humus rebosando sencillez o detención sobre la lejanía en marcha, y dice:
-"Aunque la razón es común a todos, la mayoría vive como si tuviera un pensamiento propio."
-"El camino que sube y el que baja son uno y el mismo."

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