dissabte, 27 d’octubre del 2018

EL HALLAZGO

La joven (¿y nueva?) filosofía, heredera y aliada de una filosofía alternativa que discute sus propios fundamentos, nos está convenciendo de lo único importante que tenemos los humanos: el pensamiento. El acto de pensar, como expresión libérrima y transformadora del mundo, es un hecho individual y, en tanto que personal, colectivo a un tiempo. Cuando las cosas ya no satisfacen ni prefiguran mundos y confines impensados, pensar se revela como un acto demiúrgico, pero sin la solemnidad que le otorgaban los clásicos: ordinario, cotidiano sin más (ni menos). Pensar. He aquí nuestra soberanía.

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