dimecres, 10 de maig del 2017

LA POESÍA SIN DUELO

La poesía está salvada, y nosotros también, si la queremos y lo queremos. No me pongo dostoyevskiano, sino al contrario, pues la belleza no existe fuera de nosotros; somos nosotros los ingenieros de la belleza, sus inventores. Hoy ha llegado hasta mí Piedad Bonnett, como una aparición de Antioquia. Poesía que viste, alimenta y alberga; poesía con vistas y viajadora; poesía con segundero y ramitos de silencio con pasas de soledades benignas. Poesía para ungirse en la noche y al amanecer; poesía que nos unce a la vida total que, por su virtud, no está fuera ni nos es desconocida, sino en nuestro interior y logramos reconocer como parte de nuestro origen. Ahí va, lector, "Al lector", poema que encabeza una cita extraordinaria extraída de 'El Aleph', de Jorge Luis Borges, y que reza lo que sigue: "Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos."
"¿Esto era todo?/ ¿Esto que nos han dado?/ Planchas viejas, botones sin ojal,/ lámparas rotas,/ una ventana inútil,/ tanto viento,/ unos ojos de vidrio, un bastón hueco,/ y palabras, palabras.../ Nos dijeron:/ No hay que llorar en público,/ y menos maldecir./ ¡Paciencia, hermanos!/ Mi madre me dio un beso,/ pero apagó la luz./ Y el cura dijo en el sermón: 'Amaos/ los unos a los otros'./ Intentamos./ Alguno descubrió/ entre el hollín y el polvo una marmaja,/ o en noches muy oscuras un resplandor lejano./ ¡Tanto sueño perdido,/ tanta esperanza rota,/ tanto para tan poco/ y tanta pena!/ Y apenas unas gotas de miel,/ licor ninguno./ Una canción lejana, los retratos/ ajados de remotos bisabuelos,/ y palabras, palabras astilladas,/ palabras mutiladas por el tiempo."
("Al lector" es el monumental texto que abre el primer poemario de la colombiana Piedad Bonnett, "De círculo y ceniza", publicado en 1989.)

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