dimecres, 21 d’octubre del 2015

EL HOMBRE, EL PERRO Y SU DIFÍCIL DISTINCIÓN

Tira el perro sin miramiento al otro extremo de la correa. El hombre malhumorado que apenas puede contenerlo farfulla a voz en grito. Jadea el animal; el hombre jadea. Unos irresistibles restos orgánicos atraen al cuadrúpedo, mientras el bípedo dirige sus miradas a los cuartos traseros de las viandantes. El can alcanza su objetivo y descansa; su custodio en frustrados anhelos queda. "Guau", profiere suavemente uno. "Guauuu", bisbisea el otro antes de atreverse a preguntar: "¿estás tonto, o qué?"

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada