dilluns, 31 de desembre del 2018

ESTÉTICA, NEMINE DISCREPANTE

Es la estética el leitmotiv de la vida humana. Incluso el sexo, como pulsión imprescindible para la perpetuación de la especie, está sujeto a las leyes del percibir como un hedonismo deformador de la realidad, pero informador de los sueños que de forma inexorable se acaban haciendo realidad. Amar, morir, nunca abjurar de lo vivido ni desistir ante la dificultad que la atracción de lo por vivir ejerce sobre los hombres siempre que su forma se sustancie de acuerdo con el patrón de belleza que en cada mente lleve el gobernalle. El descubrimiento de la relatividad de las cosas no hace sino certificar la posibilidad de los imposibles, los acuerdos de los contrarios, la inevitabilidad de las contradicciones, su sencillez extrema e incluso necesaria, la armonía que avala e impulsa la apuesta por la fragilidad de la vida.

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