dimecres, 5 de desembre del 2018

LA SOMBRA EN QUE SE TUMBA INDALECIO MARÍA

Salgo al balcón para cruzar miradas con el veleidoso Indalecio María, que late cuando menos te lo esperas. Él no se fija en mí, pero yo insisto en mantener la mirada en su figura sin sombra o asombrada somnolencia de cautivo. Nada se mueve en el aire que nos separa. De pronto, abro la boca y, ensayando un estilo recitativo, le suelto lo que sigue: "Háblame y sé./ Tu desamparo se arroya/ en las malolientes aguas de la soberbia./ No cabes en ti cuando callas: te desbordas". No sé si le he ofendido, pero acaba de darme la cola, de, por así decirlo, fijarla en mí, como quien apunta con el dedo acusador o, peor, con el de la escatológica referencia.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada