dimecres, 5 de desembre del 2018
SILENCIOS
Hay como poco dos clases de silencio: el que se dice y el que en vano se aspira a alcanzar. El primero es el sonido de la soledad interior, la pesadez de la nada. El segundo es un emisario sin fortuna que sale al exterior en busca de extraños con la esperanza de no encontrar a nadie semejante, sino ser el ejemplo de cuantos le salgan al paso. Los silencios se compadecen mutuamente, se gritan, laten el uno al lado del otro a imitación de los perros, cuya soledad sí les habla de un silencio posible en el confín de cada cual. ¿Quién arriesgará la vida, o sea, quién se diluirá en la mancha de lo que fue una identidad y aceptará quedar sobre las arenas de la rambla que del hontanar de la falsía del origen las palabras han venido a formar en medio de la ansiedad por conocer? Son los silencios medidas incomunicables de las ilusiones.
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