dimarts, 11 d’abril del 2017

PIERDE ABRIL LO QUE GANA UN ABRILEÑO

"El descenso nos llama/ como nos llamaba el ascenso./ La memoria es una especie/ de consumación,/ una suerte de renovación,/ incluso/ de inicio, pues los espacios que abre son lugares nuevos/ habitados por hordas/ de especies/ hasta entonces impensadas;/ y sus movimientos/ se orientan hacia nuevos objetivos/ (aun cuando antes hayan sido abandonados).// Ninguna derrota es enteramente una derrota, pues/ el mundo que abre es siempre un sitio/ hasta entonces/ insospechado. Un/ mundo perdido,/ un mundo insospechado,/ abre paso a nuevos lugares/ y no hay blancura (perdida) tan blanca como el recuerdo/ de la blancura./ Con el atardecer, el amor despierta/ aunque sus sombras/ -que dependen/ de la luz del sol-/ se adormecen y se apartan/ del deseo.// Despierta así un amor/ sin sombras/ que ha de crecer/ con la noche./ Surgido de la desesperación,/ inconcluso,/ el descenso/ despierta a un nuevo mundo:/ que es el reverso/ de la desesperación./ Para lo que no podemos lograr, lo que/ se niega al amor,/ lo que perdimos por anticiparnos,/ se abre un descenso/ sin fin, e indestructible."
(Este imponente poema de Williams Carlos Williams titulado "El descenso" pertenece al libro "La música del desierto y otros poemas". La traducción se debe a Juan Antonio Montiel.)

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