dimecres, 31 de gener del 2018
GRISES
Los irresolutos y pusilánimes quieren ver en el gris la moderación que supuestamente no representan los extremistas -por extremos- negro y blanco. Sin más. Aprovechándose de ello, el franquismo, que en absoluto respondía al perfil de búsquedas equidistantes o perplejidades morbosas, vistió a su policía nacional de ese color, y la sinécdoque resultante produce aún, en quienes conocimos a tan violento brazo del autoritarismo nacido del horror del alzamiento de 1936 y la cruel guerra a que dio lugar, un inexorable escalofrío. La falacia de la ilegitimidad surgida de la contienda fratricida ha calado hasta tal punto que hoy es referencia fundamental, constituyente de verdades eternas. Los agentes del orden dictatorial conocidos como "grises" empleaban la porra y disparaban las bolas de goma con inigualada inquina, tino y sangrienta voluntad. Al parecer, muchos ciudadanos lo han olvidado o lo ignoran, bien porque, en el primer caso, no se encontrarían en el bando equivocado, bien porque, en el segundo, poco o nada leen, salvo los grises titulares de las cadenas de televisión estatales o las portadas de los diarios que conforman la claque del también ilegítimo jefe del Estado. ¡Viva el gris fingidor y viva la morigerada abulia que trueca en legal acierto lo que no es más que un histórico yerro!
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