dijous, 11 de gener del 2018
DE VACACIONES PERO EN GUARDIA CIVIL
Vacaciones. No habrá viaje. Vagaré, incluso merodearé. Mis conciudadanos se están saliendo de madre. Anoche, antes de entrar en el portal de mi casa, una mujer, que debía de frisar en los cuarenta años, apostada tras un coche aparcado justo enfrente preguntaba, entre alborozada y cariñosamente descontenta, a un interlocutor que yo no veía: "¿no saludas a la mama?" El guau inmediato no me permitió adjudicar al can propietario del ladrido el rol de interpelado. Aguardé en vano unos instantes la aparición de un niño. "¡La mama te quiere mucho!", oí que confesaba la vecina, ahora sí satisfecha y regocijada. Incrédulo, rodeé con indisimulada curiosidad el vehículo sin afectar afán por encontrar un objeto perdido. Perro y madre, en efecto, estaban solos, embelesados mutuamente. El rabo del animal y la correa de la humana se agitaban nerviosamente. Sólo les faltaba corporeizar su amor. Y con su prefiguración los dejé, convencido de que los mismos seres que durante el día riñen y disputan con sus congéneres en todo lugar y momento, quizá, con el auxilio de las sombras podían alcanzar la claridad, al menos en los sentimientos, pues en el entendimiento era evidente que aún hacían falta un mayor empeño y un necesario acierto.
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