dijous, 10 de març del 2016

CENTENARIO Y MILENARIO, PERO SOBRE TODO DIARIO

La próxima semana se cumplirán cien años del nacimiento de un poeta contradictorio y, por ende, extraordinario. Ser uno y no ser el único; ser otros, muchos, todos a la vez y ninguno. Ser poeta, ¡vaya usted a saber! Blas de Otero. (San)Blas como un otero, (no)esperador de ansias, hombre desfallecido y logrador, inquiridor de derrotas en las victorias, dudoso, feral consigo mismo, pero solo fiero ("fieramente humano") con el yerro... divino. Hombre como castigo. Hombre como hombre. Y solo, solo, solo con su hombre. Centenario es y milenario será, pero la lejanía y la duración necesitan de la proximidad y la premura. Diario como el agua ha de ser, necesario. Leamos:
"HOMBRE
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,/ al borde del abismo, estoy clamando/ a Dios. Y su silencio, retumbando,/ ahoga mi voz en el vacío inerte.// Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte/ despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo/ oirás mi voz./ Oh Dios. Estoy hablando/ solo. Arañando sombras para verte.// Alzo la mano, y tú me la cercenas./ Abro los ojos: me los sajas vivos./ Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.// Esto es ser hombre: horror a manos llenas./ Ser -y no ser- eternos, fugitivos./ ¡Ángel con grandes alas de cadenas!"
(Del poemario "Ángel fieramente humano", 1947-1949.)

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada