dijous, 3 de març del 2016

RELINCHOS DONDE CUMPLEN HONESTIDADES

Estos políticos sin lustre que interpretan en el lugar donde el pan debe hornearse la farsa de un hambrear de cinco tenedores muestran bien a las claras cuán poco debe fiarse el futuro de sus invectivas criminales. Criminales, sí, pues reprensibles son sus alaridos o relinchos mientras el trigo se desampara en el campo. Para ellos vaya el soneto 162, de Góngora, fechado un 19 de agosto de 1623:
"INFIERE, DE LOS ACHAQUES DE LA VEJEZ, CERCANO EL FIN A QUE CATÓLICO SE ALIENTA:
En este occidental, en este, oh Licio,/ climatérico lustro de tu vida/ todo mal afirmado pie es caída,/ toda fácil caída es precipicio.// ¿Caduca el paso? Ilústrese el juicio./ Desatándose va la tierra unida;/ ¿qué prudencia, del polvo prevenida,/ la ruina aguardó del edificio?// La piel no sólo, sierpe venenosa,/ mas con la piel los años se desnuda,/ y el hombre, no. ¡Ciego discurso humano!// ¡Oh aquel dichoso, que la ponderosa/ porción depuesta en una piedra muda,/ la leve da al zafiro soberano!"

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada