dijous, 14 d’abril del 2016

EL IMPOSIBLE ABRAZO DE (L) VERGARA

Acabo de leer en fb unas palabras escritas -faltas de ortografía incluidas- por un tipo apellidado Vergara. El quídam, que no es agua fría ni caliente, sino tibieza que en toda boca quiere permanecer -aunque de la mía, como en el Apocalipsis, lo vomitaré-, no pudiendo aguantar las opiniones contrarias a las suyas ha optado por ejercer su derecho de admisión de opinadores en su muro. ¿Podrá, el tal, llegado el caso, abrazar a nadie o abrazarse a algo? ¿Añorará, quizá, los liberadores e irresponsables tiempos de la democracia orgánica para quienes no debían cargar con el oneroso peso del Estado?

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