dimarts, 8 de novembre del 2016

ORAR, DAR, FALTAR

Y bien, y bien, tan aquilino estás,/ o estabas, en el suelo cruzado/ de silencios y espaldas negadoras./ Todo ese mundo inerte, vivido/ ya en una lejanía solo/ remedada por los gusanos y la/ angustia de quien te mira porque no hablas.// ¡Cómo se arma de solemnidad el baldío!/ ¡Qué cuchillo de mármol te encinta/ y con qué asombroso panteón/ te cubre y aísla del cetro perdido!// Y bien, y bien, el ápice señala/ lo que amolla el retardado cuerpo,/ su falta. Tan aquilino estás,/ o estabas, tan ausente mientras/ te afanabas o me afanaba en tu nada.
(Poema robado de "Suma de desmesuras", como prueba de que el descomedimiento alancea tanto o más que el mismo reflejo de la muerte.)

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