dilluns, 19 de novembre del 2018

¿DÓNDE LAS ELECCIONES?

Cualquiera que siga por televisión la campaña electoral en Andalucía podría pensar que en realidad donde se han de celebrar los próximos comicios es en Cataluña. A casi todos los candidatos les interesa hablar de lo que ocurre fuera para no tener que dar cuenta de lo que apesta dentro. Según las encuestas, apenas nada cambiará: los de siempre seguirán manejando el cotarro y los habituales continuarán pagando el pato que se comerán los anteriores, por expresarlo con lugares comunes, que es lo que se merece una común situación, la rancia imagen que llega desde esa hermosa tierra andaluza donde no parece querer pasar el tiempo. Entre manzanillas, optalidones y lo que convenga, la del ratón chiquitín y los gatitos desplazados de la gatera mesetaria dilucidan ahora quién es más fiel a las leyes de la cinegética sin temor al "temerario arañamiento" de que avisaba el Fenix de los ingenios en su "Gatomaquia". Tocan a rebato frente a las cámaras de televisión: "yo soy más bueno que tú", se dicen entre sí los candidatos a la gañanía sureña. "Yo meo dentro del tiesto, porque tiesto no hay más que uno, y ha de cuidarse convenientemente", concluyen entre prolongadas exoneraciones de vientre que empalidecen los rostros de los habladores. De Andalucía al infinito, del paraíso de los desterrados al jardín de las hespérides con dragón incorporado: "¡viva la Pepa!", aún se oye gritar desde el recién inaugurado túnel decimonónico; "¡viva la virgen!", suena en la calle de hoy la sentimental gritería. De Séneca, ni una palabra, ni siquiera de Averroes. De Cataluña, el cante; el hondo penar, del fondo del aguante de los andaluces constituidos en río del olvido. Y Caronte, desconcertado, pues no sabe qué orilla es la buena ni dónde están los finados. Las elecciones, pues, ¿dónde?

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