Tanto se ha despejado el cielo; tan veloces las nubes han desaparecido; tan seguro ha sido el trueque de lutos por fuegos; ha amanecido tanto y con tanta gracia libradora para quien mira... que he podido entregarme a la lectura del siguiente poema, de cuyo autor ninguna noticia tenía, seguramente por mi vasta ignorancia y por ser originario él de un país, Serbia (otrora Yugoslavia), de lo que en su día se denominó "el telón de acero":
"Negra sea tu lengua negro tu mediodía negra tu esperanza/ Sea todo negro menos mi honor blanco/ Esté mi lobo en tu garganta/
Sea la tormenta tu lecho/ mi miedo la almohada/ ancho tu campo de desasosiego/ tu aliento de fuego tus dientes de cera/ Ahora mastica glotón/ Mastica cuanto quieras/ Sordo sea tu viento sordo sordas flores de ceguera/ Sea todo sordo menos mi fuerte rechinar de dientes/ Mi halcón esté en tu corazón/ Terror tu madre sea desolación"
Sea la tormenta tu lecho/ mi miedo la almohada/ ancho tu campo de desasosiego/ tu aliento de fuego tus dientes de cera/ Ahora mastica glotón/ Mastica cuanto quieras/ Sordo sea tu viento sordo sordas flores de ceguera/ Sea todo sordo menos mi fuerte rechinar de dientes/ Mi halcón esté en tu corazón/ Terror tu madre sea desolación"
(El poema lo he visto en un blog intitulado "el placard".)
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