dijous, 23 de febrer del 2017

EL TAMAÑO DE LA JUSTICIA O EL REINO DE LA LEY

El saliente fiscal superior de Murcia, Manuel López Bernal, acaba de denunciar en la S.E.R. que ha sido "persuadido" de que debía abandonar los casos de corrupción en el ámbito de su jurisdicción. Ha recibido amenazas de forma expresa, pero también indirecta, como la acusación, por la vía legal y por parte de una "misteriosa" asociación, de haber talado pinos ilegalmente hace... ¡TREINTA AÑOS! Resulta harto grotesca y sospechosa, por reveladora, la coincidencia de lo sucedido al fiscal y la buena nueva que acaba de amparar al exduque de Palma, quien no habrá de ingresar en prisión, de momento, ni siquiera entregar su pasaporte a la justicia. Satisfechos pueden estar hoy, un 23 de febrero lleno de connotaciones levantiscas, los gobernantes españoles, muchos de ellos herederos espirituales cuando no sanguíneos de los insurgentes espadones e ideólogos y financiadores de 1981. Ya pueden atronar de nuevo las voces de la (ultra) derecha carpetovetónica en el Congreso de los Diputados, en el Senado y en el Tribunal Constitucional; ya pueden poner sordina a las objeciones de quienes reciben las embestidas de una ley que en nada se parece a la Justicia. La derecha ultramontana española, cuyas voces se cargan de razón constitucional "para bellum", ha tomado el Estado por su taifa y la ley por su voluntad y beneficio.

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