dilluns, 25 de setembre del 2017

CANTOS DESDE EL ACANTILADO

Me apetece dedicarte a ti, que lees en soledad cuanto aquí se escribe y muy raramente te prestas al intercambio de pareceres, este poema de Adam Zagajewski: "Las cerezas no saben quién las envía./ Las guindas oscuras, blandas, ocultan en sí/ un hueso que recuerda que las cosas limitan/ algunas veces con su corazón./ Son el consuelo de poetas moribundos./ Los dioses de la muerte saben de piedad,/ aunque tienen prohibido pronunciar el vocablo demasiado pronto./ Sólo frutas redondas envían, purpúreas,/ como cartas, cerradas y llenas de zumo,/ en lugar de escritura." Espero que puedas saborear a placer la ambrosía del texto, como los de tantas figuras de la literatura y el pensamiento que por aquí pasan sin que nos digas esta boca es mía. Y no te preocupes: si te apetece dejar constancia de alguna fruslería intelectual o elogio a quien a tu parecer más digno de él sea, hazlo, por favor.
(El poema "Guindas, cerezas" está precedido por una advertencia que dice lo que sigue: "En los relatos de los últimos días de vida de Franz Kafka y Witold Gombrowicz se repite un detalle: las frutas que pedían". La traducción de este y el resto de poemas incluidos en "Poemas escogidos" de Adam Zagajewski se debe a Elzbieta Bortkiewicz.)

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