divendres, 1 de setembre del 2017

VER

La ceguera voluntaria o inducida es, si se me permite el neologismo, una "ceguerra", esto es, un desistimiento de la convivencia y una adhesión a la doctrina de la incompatibilidad que abocan en el enfrentamiento. Los hombres disponemos del ejemplo tanto como de las palabras para acometer la empresa del entendimiento, pero no parece seducirnos la paz de la armonía. Escribía Thoreau a Harrison G. O. Blake que "lo que puede expresarse con palabras puede expresarse con nuestra vida", y recomendaba a quien quisiera escucharle que "si busca persuadir a alguien de que hace mal, actúe bien. Que no le importe si no lo convence. Los hombres creen en lo que ven. Consigamos que vean".
(Las citas corresponden a una carta escrita por D. H. Thoreau a su rendido admirador Harrison G. O. Blake y fechada en Concord, Massachusetts, el 27 de marzo de 1848. Una pequeña muestra de su relación epistolar con Blake se recoge en "Cartas a un buscador de sí mismo", traducidas al español por Antonio García Maldonado para Errata Naturae.)

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