dimecres, 16 de maig del 2018
PINTA PEPI
Sigue Pepi pintando su casa para, con Miguel Hernández, llenarla, no vaciarla. Abre las ventanas como conviene, pero sobre todo para que tras su cristal no se amortigüe, también con el poeta oriolano, el odio que acumulan los simples a instancias de los taimados, sino que desaparezca definitivamente. Pepi sigue pintando su casa, la nuestra, la de quienes en son de vida la vida traigan y compartan, con sus florecimientos instantáneos y sus cíclicas muertes venidas de la precisión de los actos. Pepi pinta con la congruencia de la naturaleza, sin suficiencia, pero con la consecuencia de lo actuado, con la forma de lo pensado, con las manos en el corazón de las cosas, con el albedrío mismo de las cosas. Pinta Pepi y llena su casa, que es la nuestra.
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