dissabte, 8 de setembre del 2018
ALELUYA Y FIN DE SEMANA
Antes de despuntar el día, la pareja de los turbantes tiene ante sí a cuatro pares de ojos abiertos de par en par sobre sendas sonrisas de felicidad de fin de semana recién empezado. Con cara de aleluya, deseosos de iniciarse en los misterios de la gran fe, los nuevos discípulos abren sus bocas para dar forma a palabras sin aire. Cuando la pareja de los turbantes cruza una mirada de complicidad, las bocas empiezan a cantar. ¿Qué cantan? Aleluya, aleluya cantan, aleluya. Más de dos horas de aleluyas después, desproporcionadas todas las aficiones, significados y sentimientos en torno a las aleluyas del mundo pequeño y grande de cada iniciado, callan. ¡Aleluya, aleluya!, exclamo a voz en grito. "Aleluya, aleluya!", me devuelve la inmisericorde ventana, iniciadora del nuevo rito, que justo ahora empieza por el aleluya.
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada