dijous, 6 de setembre del 2018
CATÓLICA ENTERA
Entre algunos de mis muy alejados y lejanos allegados se ha extendido la especie de que España es un país católico... ¡por cojones! Defienden la catolicidad de la patria a pesar de que no saben cómo son por dentro las iglesias e ignoran cualquier precepto, mandamiento u oración propios de la fe. Buena parte de tales adalides son , bien pederastas, bien maltratadores, y todos ellos putañeros y abusadores de toda suerte. No son maneras de referirme a ellos, son adjetivos que definen comportamientos habituales de estos "dentro-de la-ley" criminales. El perfil se completa con su marcada afinidad por las ideas ultramontanas: caudillistas del sanguinario ferrolano, joseeantonianos sin conocer las difíciles relaciones entre el falangista Primo de Rivera y Sáenz de Heredia y el marido de "la collares". Decía, pues, que entre esos familiares especiales cunde el sentido de la responsabilidad por la unidad confesional, o sea, por la preservación del catolicismo y el rechazo de las demás religiones que se profesan en Iberia, especialmente la musulmana. Por cierto, el "me cago en dios" lo tienen siempre en la boca, junto con las perlas del tenor de "puta", "guarra", "maricón", "marica de mierda", "maricona", "torillera-bollera", "moro", "moraco terrorista", "extranjero", "guiri", "oscuro", "negro", "negraco mantero", "¡rumano!", "rumano ladrón", "boliviano-peruano-ecuatoriano-ano-ano", "culibajo", "mujer", "mujer tenías que ser", y tantas cosas que me callo para mi bien.
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