Hace un par de semanas se cumplieron cuatro años del fallecimiento de uno de los grandes filósofos españoles de la segunda mitad del siglo XX, Carlos París. La última obra que dio a la imprenta fue "Ética radical. Los abismos de la actual civilización" (2012), el fragmento final de cuyo prólogo a la primera edición reproduzco a continuación:
"El gran León Felipe escribió: 'creo que la Filosofía arranca del primer juicio. La Poesía, del primer lamento. No sé cuál fue la palabra primera que dijo el primer filósofo del mundo. Lo que dijo el primer poeta fue: ¡Ay!'. Pero la filosofía que profeso y trato de desarrollar parte también del grito, del lamento, de la encrespada protesta ante la injusticia del mundo que vivimos. Y si Aristóteles decía que la Filosofía nace de la admiración, yo diría que también parte mi filosofar de la admiración, pero no sólo de la que produce la contemplación de los altos cielos, sino de la que brota ante el heroísmo de tantos hombres y mujeres que, incansables, dieron su vida, luchando por el reino de la libertad y la hermandad universales. Y el pensamiento que se levanta, a partir del grito y de la admiración no quiere reducirse a contemplar el mundo, como decía Marx que habían venido haciendo los filósofos, sino que aspira a contribuir a su radical transformación."
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