dijous, 22 de febrer del 2018

LA CEBOLLA DEL 23 DE FEBRERO

"Silencio todo el mundo", gritó el golpista desde la tribuna de oradores. A continuación, ruido de balas: silencio de dictadores. Desde entonces, mucho ruido banal y pocas nueces. Los ideólogos de la intentona como Pedro negaron y se erigieron, y se erigen, en garantes de la Constitución que, pese a estar hecha a su medida, querían preterir. El que prefería morir de pie antes que vivir con vilipendio continuó su larga carrera política. Más tarde, la caza de paquidermos, de revolucionarios, de desclasados y marginados vino a contentar a los levantiscos, que viajaban en burbujas de toda laya a los cielos, a los infiernos. "Silencio todo el mundo". Silencio.

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