divendres, 2 de març del 2018

EL FUEGO, EL DIÁSPORO Y SU DECREPITACIÓN

No sé si me impresiona más tener noticias del descubrimiento en el siglo XVIII por los jesuitas de la sinagoga china de K'ai-feng, fundada mucho antes de que naciera Jesucristo, o la poca virtud de algunos voceros -que no profesos- del judaísmo, que en absoluto cuentan con el eccehomo -aunque en este caso sí saben de su existencia- para comparar agravios, denunciar tragedias y vengarse en el prójimo con la misma intensidad que se aman a sí mismos. ¿El mal venía servido o su invención fue una dolosa plegaria fundacional con que ponerse el parche antes que la herida?

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