De Wislawa Szymborska para Pepa Aguar, de una polaca en verso para una valenciana en prosa:
"Soy mal público para mi memoria./ Quiere que continuamente escuche su voz,/ y yo no dejo de moverme, carraspeo,/ escucho y no escucho,/ salgo, regreso y vuelvo a salir.// Quiere ocupar mi atención y mi tiempo por completo./ Cuando duermo le resulta fácil./ De día, depende, y eso le molesta un poco.// Me desliza insistente antiguas cartas, fotografías,/ trata hechos importantes y sin importancia,/ pone la mirada en paisajes inadvertidos,/ los puebla con mis muertos.// En sus historias siempre soy más joven./ Es agradable, sólo que para qué seguir insistiendo en eso./ Los espejos me dicen otra cosa.// Se enfurece cuando me encojo de hombros./ Y, vengativa, me echa en cara todos mis errores,/ graves, luego fácilmente olvidados./ Me mira a los ojos, espera a ver qué digo./ Al final me consuela con que pudo haber sido peor.// Quiere que viva ya sólo con ella y para ella./ De preferencia en una habitación oscura y cerrada,/ y en mis planes hay siempre un sol presente,/ nubes actuales, caminos en curso.// A veces estoy harta de su compañía./ Le propongo separarnos. Desde hoy y para siempre./ Entonces sonríe compasiva,/ pues sabe que para mí también sería una condena."
("Mi difícil vida con la memoria", poema perteneciente al libro "Aquí", de Wislawa Szymborska, según traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano para Bartleby Editores, 2009.)
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