dijous, 14 de juliol del 2016

UNIDAD DE SALVACIÓN

Mi vecino, que es un santo, acaba de confesarme que está interesado en salvar al mundo, pero que no aguanta a tanto mamón hideputa suelto, o sea, de uno en uno, y que, por ello, está dispuesto a prestar un nuevo servicio a la humanidad. "¿En qué consiste tu servicio", le he preguntado sin pensar. "En eliminar a los tales, pero respetando su individualidad y la evidente privacidad que para su desaparición o acabamiento a buen seguro demandarían si puedieran elegir", ha respondido. "Oye, ¡ay que ver cómo está el mundo, Facundo!", he gritado al tiempo que echaba a correr calle abajo.

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