divendres, 16 de juny del 2017

LA PASTA NO SE VOTA

De los 60.000 millones de euros que no devolverá la banca, ni una palabra de sus señorías en el Congreso de los... Y no porque no se conociera aún la noticia, sino porque a nadie le importa una higa el robo generalizado si éste es legal o presuntamente (in)constitucional. De esto va, señores y señorías, y no de otra cosa, el asunto de las banderías y de las banderas, que en Castilla huyen del morado (por no declarar que lo llevan puesto) y se abrazan a la de los colores del miedo africanista y el yugo de los que aún permanecen en el armario, en los armarios. Una azuela no iría mal para ir desbastando las puertas de esas a modo de cavernas donde se amalgaman insidias, yerros, injusticias y muy pías miopías y de las que nunca saldrán justos empeños. Los medio judíos del noreste peninsular sustanciosa parte de los asientos financieros son, y no han de encontrar solaz ni aun en la conformación de su identidad sin el voto favorable de la asamblea de los mendicantes. Mas de la pasta que desde la metrópolis se desviara a las ollas de los que de la imitación del judío viejo arte consumado de burla y fortuna hicieron, ni mu, aunque a la mu vayamos por el bien de la patria. La pasta no se vota ni en particular ni en general, ni han de votar aquellos que, avisados de los ardides de los facinerosos o mal avisados, pies en polvorosa anhelan poner. Ni un "vuelva usted mañana" larraniano que echarse al estado de cuentas ni habida cuenta de cómo está el estado un mirar a la buena esperanza de un hijo no deseado. Ni para adelante ni para atrás. Lo escribía el jaenero Bernardo López García buscando otro fuero y mayor merecimiento que los que aquí se ocultan: "Oigo, patria, tu aflicción,/ y escucho el triste concierto/ que forman tocando a muerto,/ la campana y el cañón;/ sobre tu invicto pendón/ miro flotantes crespones,/ y oigo alzarse a otras regiones/ en estrofas funerarias,/ de la iglesia las plegarias,/ y del arte las canciones./ Lloras, porque te insultaron/ los que su amor te ofrecieron.../ ¡a ti, a quien siempre temieron/ porque tu gloria admiraron:/ a ti, por quien se inclinaron/ los mundos de zona a zona;/ a ti, soberbia matrona/ que libre de extraño yugo,/ no has tenido más verdugo/ que el peso de tu corona...!" De equinoccio a equinoccio, de siglo a siglo, de la a a la zeta, del me quieres al no te quiero, del te debo al no te debo. Pero "si tú eres la bien pagá" (60.000 millones de euros).

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