La prisión "Modelo" de Barcelona ha dejado de existir como centro penitenciario. Durante más de cien años, ha albergado a toda clase de condenados por los jueces españoles (me es imposible hablar de administración de justicia, porque en España eso se desconoce a fecha de hoy). Presos comunes y políticos han penado por los pasillos del recinto y se han hacinado en las celdas hasta hacer de los chistes de chinos amontonados una insuficiente aproximación a la realidad. En los tiempos de mayor masificación, nueve, e incluso diez, inquilinos de los tabucos pensados para un solo preso inventaban la relatividad del espacio sin que a ninguna academia sueca o noruega, ni a Papa de Roma alguno o cristiano, judío, musulmán o creyente de cualquier espejismo divino se les ocurriera mover un solo músculo o pensamiento en favor de los desgraciados allí arrojados por mor de las sentencias que los tribunales dictaban más con las manos en la masa de algún beneficio que con el sentido de la equidad o el sentimiento de compasión por el prójimo. Muchas veces, los que tal régimen consideraba peligrosos delincuentes no eran más que ladrones de gallinas o sindicalistas o maestrillos con ideas propias o lectores de libros prohibidos. También los había de indudable factura delincuencial, pero en España no se ha puesto nunca mucho empeño en establecer las diferencias. Al fin y al cabo, si las condenas ya tenían a sus condenados... Demócratas insidiosos, librepensadores formadores de más de una turbamulta riesgosa para la unidad de la patria, calamitosos observadores de los derechos humanos han pasado por las dependencias de esta infausta e impropia "modelo" de perdidos y de perdición sin que las estructuras del Estado se hayan venido abajo ante la ignominia. Eso sí, sus graves constructores, y después de ellos sus descendientes y herederos de la autoridad, siguen metamorfoseando sus discursos y sus imágenes y decidiendo no quién va a las modernas cárceles que han tomado el relevo de ésta, sino quién no entrará nunca en ellas.
Desde que se anunciara el desmantelamiento de la cárcel "Modelo" de Barcelona, los propietarios de los edificios cercanos, que en buena parte tienen arrendados, han comenzado a presionar a sus moradores a fin de poder especular a partir de hoy mismo con el suelo. Por supuesto, sus movimientos no se consideran criminales ni a ellos se les tiene por delincuentes. las cárceles son, está claro, para los hombres que carecen de tierra y de legitimidad suficiente para defender lo que es suyo o justo.
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