dimarts, 24 d’abril del 2018

RENACIMIENTO EN LIBERTAD

Pasear ayer por las principales avenidas del centro de Barcelona se hacía muy difícil para cualquier ciudadano que no pretendiese disfrutar del día más bello de cuantos tiene el año en la capital catalana. Diada de Sant Jordi. Libros, rosas, cordialidad, amistad, paz. Vivir el apretujón como un sinvivir melifluo o cuasiteresiano. Procesión laica para quienes no idolatran, sino admiran; para quienes no rivalizan, sino comparan; para quienes dan recibiendo y reciben dando, no para quienes computan el éxito de la felicidad. A media mañana, flanqueado por el amor de Pepi y la amistad de Jordi, me detengo ante la parada de libros que la editorial sevillana Renacimiento había instalado desde primeras horas en una de las calles tranversales a la Rambla de Catalunya. "Soy como puedo", leo en la portada del primer poemario del hispalense Joaquín Calderón. Abro el volumen, que empieza con fuerza: "Yo soy la voluntad de otros". El verso incial del poema "Liberado" me impele a levantar los ojos en busca del autor. No estaba. La diligente y afable librera anuncia la presencia del poeta para la tarde. Intercambiamos unas frases. La editorial andaluza se estrenaba en un Sant Jordi. La mujer mostraba sin reserva su alegría y admiración por lo que estaba viendo. "Esto no se pué' comparar con na'", concluye. Nos despedimos con unas sonrisas de mutuo gozo y reconocimiento. Unas horas después, podemos volver y vemos al que es en su poder. Pepi fotografía, Jordi entra en el río del vate; de inmediato, me lanzó a él. Nadamos mientras nos conduce, verso a verso, hasta el mar deseado de la poesía, ésa que dice el poeta que ha desaparecido de las conversaciones... y de los libros. Fuimos, sin medida, felices unos minutos. ¡Viva la poesía! ¡Viva Renacimiento! ¡Viva Sevilla! ¡Viva la madre que nos parió a todos!

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