divendres, 4 d’agost del 2017
ANTONIO TELLO, EL POETA
Con la boca llena de despedidas que rechazaba la mente, conversábamos ayer durante nuestra "lariolada", ésta sí, qué coincidencia, mantenida sobre el curso del río Larios que de pronto se encauzó ante nosotros. Heráclito, cómo no, se zambulló en él cuanto quiso, aunque si hemos de respetarle el pensamiento, muchos Heráclito se sumergieron y otros tantos y nuevos aun emergieron para que sólo nosotros fuéramos, durante un buen rato, la ilusión de un imposible nosotros. "Ave, compadre", quizá nos dijimos; "ave, recuerdo, ave, amigo mío", ahora digo en la soledad de una mañana que abre la mansión de un día sin límites ya, sin horizonte. "Ve al encuentro del aire y del mar; ve a buscar tierra en la tierra allende el prodigio de la ida sahumada de vuelta. Ve, amigo, compadre, adonde arde el que eres y en faro te alces".
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