dimecres, 18 de juliol del 2018
EL CORRECTOR, LA CORRECCIÓN Y LOS DE SIEMPRE CON LO DE SIEMPRE
Escribo un comentario en un muro ajeno de fb, donde incluyo la palabra "franquista". El corrector subraya de inmediato el adjetivo. A fin de comprobar si he escrito bien el término, sitúo el puntero sobre él y compruebo que no he cometido ningún error: simplemente, no forma parte de la corrección lingüístico-política. Como alternativa, el cerebro artificial me ofrece una tríada de lo más variopinta: "conquistaran/ fresquita/ enquistaran". Pensando pensando, acabo por dar unidad cristiana a esta trinidad laica: nadie como un carpetovetónico con todas las de la ley para representar el espíritu de conquista, el enquistamiento y el frescor de quienes, como aquel buen don Guido machadiano, aguardan pacientemente a que la manzanilla alcance su punto. A no confundir con la frescura generadora de mundos, de situaciones, de vida. Los de siempre en lo de siempre siguen; sus correcciones reconviniendo perviven; sus instrumentos el rastro de la sangre caliente persiguen; sus determinaciones el cortante filo de las espadas de los incómodos resiguen, pero no para darles feliz pulimento, sino para neutralizarlos y exhibirlos en la pared de los olvidados o bien para recordar de forma permanente qué es y qué no es y para quién y cómo y en qué momento.
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