dimecres, 11 de juliol del 2018
EL TIPO, LA MUJER, LA CÁMARA Y LAS PALABRAS VANAS QUE RETRATAN AL TIPO
El tipo salió de detrás de su cámara y por un momento pareció atender a la mujer que le hablaba a medio metro. "Sí, sí, no te preocupes, no te preocupes", repetía con pasajera seguridad. "Además, eres la mejor. Das muy bien frente a la cámara, explicas bien, tienes gracia, sabes de lo que hablas... Vamos, que, como se suele decir, la cámara te quiere". Aunque no era un insecto ortóptero saltador ni se llamaba Pepito, las palabras del tal sentenciador se grabaron en la memoria de la destinataria de semejantes agasajos como si las hubiera dicho el mismísimo grillo de "Pinocho". Mucho tiempo después, el tipo, que nunca más volvió a salir de su parapeto fotográfico ni a evacuar opiniones de camarógrafo avezado en bisoños actuantes de lo que sea, pasaba cerca de la incauta como si jamás la hubiera conocido ni él hubiera empeñado su palabra en nada. Eso sí, el tipo acompañaba como un lazarillo fiel o impenitente a quienes representaban justo lo contrario que la mujer que tan bien daba en la cámara del cámara. ¿Qué se guardará en la recámara?
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