dimarts, 21 de juny del 2016

A LA VEJEZ, PACTO CON LA CORDURA

Acabamos de ayudar a nuestro sensatísimo vecino Inocencio Fausto a entenderse. No nos ha pedido auxilio, pero la falta de concordancia entre sus palabras y sus actos nos ha impelido a hacerlo. Dado que hemos entrado en su domicilio, hemos comprobado que este hombre es escritor -poeta, para ser preciso. Parece ser que lo que escribe no lo entiende; ni lo que dice en voz alta logra activar su voluntad, como si lengua y actos transcurrieran por mundos de códigos paralelos. De momento, ha podido asociar dos grupos de palabras con nítida congruencia: Buridan, sed y hambre con iluminado -a nosotros nos ha sorprendido e incomodado-, agua y comida, bien del perro, bien de la que ve en nuestras casas. Seguiremos con él.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada