MORDIENTE
Consecuencia de una autofagia automática, quizá, me he mordido sin querer. Ya no hay remedio. El veneno ha abierto el curso de un nuevo río interior, el de la suerte caída como el ángel diverso de la muerte. Ni el antídoto puede funcionar. Yo no es ya suficiente yo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada