dimecres, 20 de juny del 2018

DE LAS VERDADES DEL BARQUERO (II)

Pasa por ser una de las verdades del barquero -que en siendo tres las clásicas, ya van por ciento- la que asegura que "el que no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas". Más de uno conozco que, hecho a bragas, llagado vive, sin embargo, pero a todo se acostumbra el temerario o impostor o usufructuario de la buena voluntad ajena. La pregunta que me hago es hasta dónde el fiduciario debe aguantar la impostura del otro y si, teniendo en cuenta que en lo tocante a los más estrechos vínculos familiares tuerce el acuerdo afectivo o lo trueca por sinuosidades dialécticas, es congruente pensar que cuanto hace o diga, en que el prójimo aparezca implicado, no sea más que otra demostración de ligereza, si no asechanza o aun premeditada maldad del actor que tanto aplauso recauda por mor de la ignorancia del público que en la negrura sentado está sin saber que las luces no están en el escenario, sino en su propio cuidado.

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