divendres, 29 de juny del 2018
LORCA, SU LEGADO Y LA EXHUMACIÓN DE LAS MENTIRAS
La historia sin fin del mito Lorca cubre un capítulo más con el traslado a Granada de buena parte del legado documental del poeta de Fuente Vaqueros. Los papeles, procedentes de la madrileña Residencia de Estudiantes, donde radica la Fundación Lorca, que preside Laura García Lorca, sobrina nieta del vate, llegarán a la ciudad de la Alhambra cuarenta años después de que se aprobara la Constitución española y ochenta y dos desde que fuera asesinado por la maquinaria nacionalista engrasada por los insurgentes de 1936, tras subvertir la Carta Magna de 1931. Pocos son los estudios precisos que sobre el lugar donde se suponen inhumados los restos del hombre Federico han podido realizarse y menos aún publicarse. Muchas son las reticencias que la familia del poeta ha mostrado y los obstáculos que ha opuesto a los trabajos de exhumación que, como ciegos, han ido excavando el suelo del barranco de Víznar. Los movimientos de tierras que hasta ahora se han efectuado no han descubierto nada, lo que refuerza la sospecha de que, en realidad, los depojos del ejecutado habrían sido inhumados por la propia familia pocos días después de que fuera víctima del letal "paseo". Numerosas son, igualmente, las preguntas que nos asaltan ante la actitud aparentemente poco celosa de la familia por el esclarecimiento de la verdad, no solamente la del asesinato, sino de su autoría, enterramiento y demás circunstancias que rodearon al triple crimen. Muy otra ha sido la conducta de los allegados a los componentes restantes de la tragedia trina, esto es, el banderillero y el maestro de escuela que acompañaban al poeta en su último viaje de vida o primer viaje de infierno, como se prefiera. ¿Por qué el silencio de la familia García Lorca en tiempos de democracia formal? ¿Por qué sus renuencias a las exhumaciones? ¿Por qué existe una suerte de acuerdo tácito en no hacer sangre de la actuación de Ramón Alonso? ¿Por qué no se pone en solfa a la burguesía granadina ni a la propia familia del poeta en lo tocante a la responsabilidad directa de su muerte? ¿Cuántos años más habrán de pasar hasta que el cuerpo del hombre Federico, aunque sea polvo o su recuerdo, envuelva para siempre al mito, al símbolo que han ido alimentando los mismos que lo asesinaron? ¿Hay negocio en el ocultamiento de la verdad de lo ocurrido? Si el desmonte del barranco no desmonta el ardid de la inteligencia que mueve los hilos del laberinto Lorca, ¿puede actuarse como si de un asesinato colectivo se tratase y priorizarse la inhumación de la verdad? El criemen fue en Granada, ¿en la suya o en la nuestra?
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