divendres, 29 de juny del 2018

PAREMIÓLOGO, A TUS REFRANES

Se busca a veces en los refranes que alguien diga por nosotros lo que no nos atrevemos a suscribir con nuestro nombre. Se injuria y se calumnia sin freno so capa de la defensa de un indefinido prójimo que, aunque no lo haya pedido, requiere de la perspicacia y valentía de una mente poderosa y abnegada. No sucede lo mismo, sin embargo, con la adulación: más que ganas de reconocer en el otro virtudes palmarias o tácitas, se muestra con esa manifestación excesiva de halago un innoble interés por el enaltecimiento del enaltecedor. Se pregunta alguien por el equivalente en otro idioma del refrán que ha nacido de unas tierras determinadas y en una de las lenguas que en elllas se hablan. Pregunta ese alguien a unas personas en concreto, no a quien leyere, no, pues entre los demás las hay que carecen de competencia y, por supuesto, autoridad. El refrán en cuestión viene a decir que cada cual es el mejor timonel de su vida. Aunque no he sido llamado a la consulta, aportaré por mi cuenta y riesgo un par de refranes asépticos: "cada maestrillo tiene su librillo" y "más sabe el tonto en su casa que el listo en casa ajena". Espero no ser reconvenido con un "zapatero a tus zapatos", no sea que, en recuerdo de aquel José Luis de enarcadas cejas, tentado me halle a ofrecerle, de amistad, un pacto.

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