divendres, 31 d’agost del 2018

LA SOCILEDAD

Lo que parece acompañamiento, a nadie abriga ni contenta.

LA COMEDIA

¿Tragedia, el respirar? Comedia dramatizada, más bien. ¿Qué quiere el que algo quiere? Tal vez solo saberlo. Pero en el ínterin la ignorancia es el lamento, ahora sí, trágico.

LA ESPADA DE MI VECINO

El vecino que se hace llamar Empédocles en realidad se apellida Damocles. No le gusta, sin embargo, que nadie se dirija a él con este nombre porque dice estar hasta la coronilla de la broma de la espada. "Odio las armas, ya sean de fuego o blancas", objeta, venga o no a colación. "Además, qué han de saber todos esos de la espada del tal Damocles", rubrica con enfado. Empédocles transfigurado, el reticente Damocles es un ciudadano dividido por dos amores: el que profesa a la ciencia, como llama a sus mediciones en la carpintería, y el que le arroba sin saber por qué cada vez que pide una copa del espiritoso tan delicioso que expenden en la bodega del barrio. El efecto balsámico de la bebida es inmediato, si bien la euforia subsiguiente se apodera de él sin solución de continuidad. Nando, el propietario de la vinatería, le da conversación para sacarle lo mejor de su pensamiento acerca de la espiritualidad y de la sensibilidad. "¿Está rico, eh?", le pregunta el comerciante cada tanto. Mientras le repone el espumoso, el señor Empédocles ya se deja llamar Damocles y flirtea con la punta de una espada que un envidioso tenía sobre la cabeza cuando... Pero el alcohol del cuarto de baño no pasa, de modo que cuando sale de darle curso por la taza del váter vuelve a ser Empédocles, o al menos más Empédocles que Damocles. Algunos parroquianos, a la vista del juego que da la dualidad del vecino, han pensado en comprarle una espada de verdad; pero no se crea que por pura munificencia, sino para utilizarlo en sus porfías y apuestas interesadas, como sucediera con aquel afamado pulpo "Paul".

dijous, 30 d’agost del 2018

LA INTIMIDAD

Esta mañana he vomitado en soledad, sin amparo, mientras el cantautor del pasado revivido me traía los versos del poeta oriolano. "Sin calor de nadie y sin consuelo", pues, iba del ordenador a la taza del váter, o, si lo prefieren, de mis pensamientos al inodoro. Anoche cené poco, frugalmente; no recuerdo ninguno de los sueños que con toda seguridad, al decir de los expertos, habré tenido; me fui bien leído a la cama, donde una bella durmiente no me esperaba, pero se constituía en frontera con el reino de las almas en pena; dejé de oír los ladridos elegíacos de Indalecio María antes de lo habitual. Todo parecía converger en un descenso suave a la benigna muerte diaria, a la probatura con la boca-muerte chica que queremos impostura de bravucón en prácticas y que suena con falsete de lampiño arrepentido. Sin embargo, el alba me trajo una rebelión interna, un tormentoso despertar antes de tiempo. Tras las primeras acometidas de la insurgente caverna íntima, pensé en no respirar, no fuera caso que la causa del mal estuviera en el aire, en el ambiente ralo. Así lo hice, pero no más allá de unos segundos, en que juzgué que era peor el remedio que la enfermedad; de modo que volví el ser al ser y en cuanto me fue posible volver a pensar pensé. Resolví al cabo de las ramblas matutinas que algún orificio del cuerpo debía obturar, sin por ello descuidar el desembalse a que la súbita crecida me obligaba. ¿Será el fuero interno incompatible con el ruido de la calle?, me pregunté entonces. Probemos para saber, me respondí antes de taparme los oídos. Desde que no oigo nada, en secano vivo, y sin aflicción, pero demasiado cerca de mí mismo. Creo que volveré a la desarmonía ambiental, y que sea lo que dios quiera, que no será poco, y más ahora que ya no está en el cielo y es, aunque muy popular, un vulgar ciudadano más.

dimecres, 29 d’agost del 2018

DERROTA Y EXPLORACIÓN

Hacer complejo el discurso, no complicado; rico en materiales, abonado con la argamasa de múltiples ideas sencillas y claras. Lograr la continuidad de la línea del pensamiento con la discontinuidad de los puntos de vista. Hacer flexible la pétrea oposición del prejuicio; fijar en el centro los extremos fugitivos, descubrir la cercanía de la lejanía. Antes de hablar, recordar el significado de las palabras. Pensar no desde el mirador, sino desde el vértigo de la mirada que sin buscar encuentra nada. Ahondar en la densa nada. Hacer complejo el descubrimiento.

¿MANOS EN LA SOMBRA O MANOS A LA OBRA?

Ni el toro por los cuernos ni el rábano por las hojas ni las cosas por el principio. La dilación impregna la vida política, si acaso interrumpida por accesos de erráticas urgencias que todo lo importante matan. Las equivocaciones ¿son o no son para el verano, como las bicicletas? Y las rectificaciones, ¿en algún invierno frío podrán conservarse para su reparto equitativo? "De minimis non curat praetor", parece decir hasta el último de los hombrecillos infelices. Escuela de mastuerzos nunca tuvo una ratio más elevada de homúnculos aprendices como la que hoy hay instalada en esta sociedad de buhoneros. Las manos, ni en la sombra. Las luces, sin bohemia engañadora, en la soberbia alumbran la miseria.

EL IMPERIO ÁRABE DE PERICO

En estos días se disputa la 'Vuelta ciclista a España'. TVE, como es habitual en los últimos años, cuenta entre sus comentaristas con el exciclista Perico Delgado. Si como deportista fue laureado y caía bien a todo el mundo, como especialista deportivo hemos agradecido que un entendido en la materia nos enseñe a ver, algo poco habitual en este endemoniado patio de Monipodio en que los ignorantes osados hablan de cualquier materia sin estar avezados. Sin embargo, la confianza, y no la curiosidad, mata al gato. Delgado, acostumbrado a la mirada de la cámara y, sobre todo, ensoberbecido por el respaldo incondicional de la audiencia, se atreve a elucubrar en temas que desconoce sin que parezca importarle lo más mínimo. Hablar sobre lo que no se sabe es, además de ridículo, una falta de respeto a quien escucha y a quienes sí saben y nadie les consulta. Si cualquier desavisado pretendiese dar lecciones sobre cómo atacar un puerto o cualquier aspecto del ciclismo, él juzgaría la intromisión con severidad. Ayer, mientras la "serpiente multicolor" atravesaba la ciudad granadina de Santa Fe (por cierto, la palabra monosílaba 'Fe' la escribían con tilde), Perico no sabía cómo referirse al reino nazarí de Boabdil el Chico. Tras varios intentos, acabó por denominar "imperio árabe" al que fuera último Emirato o Sultanato de Granada. Delgado lo dijo como quien acepta "pulpo como animal de compañía" y esbozando una sonrisilla entre burlona y resignada a la evidencia de la incultura y falta de discreción demostradas. Ay, cuán extemporánea resulta siempre la combinación del desconocimiento y la seguridad que da la conciencia de pertenencia a una sociedad y una cultura pretendidamente superiores. El ciclista Perico valía un imperio, el mismo que ahora busca, sin éxito, en el cajón de sastre de su cultura y de la incuria.

dimarts, 28 d’agost del 2018

EL FÚTBOL SIN FÚTBOL

En el país de mi infancia, los niños no practicábamos ningún deporte. Estábamos en la calle, corríamos, saltábamos, gritábamos, nos peleábamos entre comida y comida o desde la salida del colegio y hasta la hora de la cena o del sueño, si no había pausa para el alimento. De los mil juegos con sus correspondientes cancioncillas y puestas en escena, que nos venían de antiguo, quizá el más popular era el del fútbol, las imágenes de cuyas figuras coleccionábamos en cromos. Pero el fútbol, en verdad, y aunque no lo supiéramos entonces, era, más que el entretenimiento de los pobres de solemnidad que lo practicábamos, una actividad creativa que desarrollaba la imaginación y nos introducía en el lenguaje científico sin apercibirnos. La calle, que carecía de coches, o por la que a lo sumo pasaba uno semanal o quincenalmente como las diligencias en las películas del Oeste, ofrecía un escenario adecuado a las necesidades de los niños futbolistas. No necesitábamos más que querer ver para contar con porterías, líneas delimitadoraas del campo y el árbitro coral que a la sazón éramos los jugadores. No estábamos de acuerdo en nada, ni en lo accesorio, como sucede ahora en la vida. Sin embargo, acabábamos consesuando las certezas a sabiendas de que el porvenir del partido dependía de ello: si siempre ganaban los mismos, por ley o por la fuerza, la suerte del juego estaba echada. ¿Quién podía negar más de las tres cristianas veces que una pelota no había entrado cuando se veía con toda claridad que era un golazo por la escuadra? Porque, ¿qué era "alto" o "fuera" o "dentro"? ¿Qué era lo que era y lo que no era? Los partidos tenían muchos atractivos al iniciarse y menos al desarrollarse. Los más pequeños o débiles o poco avezados, incluso los desinteresados desde el principio, iban abandonando el terreno de juego, unos anunciándolo, otros simplemente desapareciendo sin que nadie lo advirtiera. El fútbol empezaba con el día y con él acababa, y en las pausas discurría la vida por los márgenes de la calle y por las casas. El fútbol estaba en el aire, era el aire, se respiraba en la calle, era invisible, habitual, ineludible, modificable, terrible, amable. El fútbol era el único pan compartible y multiplicable de la cristiandad lega. Después llegó el deporte, pero jamás hemos vuelto a saber del fútbol.

LA FOTOGRAFÍA Y EL MOVIMIENTO

Veo casi por sorpresa a mi amigo Carlos-Esteban en una fotografía. Digo que es él porque así lo asegura, pero en verdad está tan camuflado que no parece él. La instantánea fue tomada en el Naranjo de Bulnes (Asturias), adonde había ido a parar con unos amigos suyos avezados en la escalada. Inevitablemente, pensé en César Pérez de Tudela, un reconocido alpinista español que a principios de los años 70' se hizo muy popular a través de TVE (Pérez de Tudela había coronado cuatro veces el Naranjo y previamente en dos ocasiones había llegado en solitario a la cima del Aconcagua). Durante el tardofranquismo, el Movimiento fomentaba la aparición de personajes singulares en la única televisión del Estado a fin de consolidar la idea errática de que España era "diferente" al resto del mundo, única en su especie. De acuerdo con un refrán, lo que no iba en lágrimas iba en suspiros; o dicho de otra manera, eso de la democracia y las libertades eran sofisticaciones de la Europa de los melenas, las baterías y la mantequilla a gogó. En España todo se lograba por la fuerza del genio: el más veloz de los motociclistas del mundo (Ángel Nieto), el más fino tenista (Manolo Santana) o el golfista con el mejor swing (Severiano Ballesteros) surgían sin la necesidad de gastar un céntimo en circuitos, pistas de tenis o campos de golf. El talento era cosa española. Junto a estos deportistas de asombrosa e insólita maestría, la televisión franquista emitía concursos en los que mostrar las excelencias de sencillos españoles de a pie herederos del genio patrio, que de forma natural personificaban "la mamá del millón", "el hombre de los pájaros"... Y las nuevas generaciones prometían un futuro más exitoso, si cabe. Así, por doquier aparecían niños prodigio, casi siempre en el mundo de la canción española y la escena, claro, como Pablito Calvo, Marisol, Joselito o Rocío Dúrcal. El paternalismo de la autarquía (ya en irreversible proceso de apertura al exterior) y la ranciedad de las autoridades se mezclaban sórdidamente con el ruido que despedían las alcantarillas, en cuyo interior iban creciendo a la par la democracia y su corrección represiva como los champiñones en las minas. Si el mayo del 68' fue un episodio violento propiciado por el libertinaje europeo, una demostración de los peligros de la libertad, la carrera espacial, y la llegada a la luna particularmente, no pasaba de ser una prueba de que el sol era propiedad exclusiva de la católica España y los desolados y pobres extranjeros debían conformarse con salirse de los límites del planeta en busca de lo que finalmente no encontraron en la soledad del satélite de la Tierra. España era España. La tautología era el elogio por excelencia, por su excelencia el... Así que al ver a Carlos-Esteban en tan solazada actitud he pensado en que lo único que no ha cambiado en esta historia es la presencia del pico asturiano, siempre a la espera de merodeadores cejudos, lampiños, severos, risueños; hombres desafiadores, en cualquier caso, dispuestos a llevar vida a un cielo exánime o en exceso roncero.

dilluns, 27 d’agost del 2018

EL NOVIO DE LA MUERTE

Hoy me he encontrado en la calle con el novio de la muerte. Ma ha dicho que se va a casar, pero no con su novia de siempre, no, sino con una moza del pueblo vecino. Cuando le iba a preguntar qué había pasado, "son cosas que pasan", se ha apresurado a decir, y ha añadido que "Ella no tiene espera, aunque parezca lo contrario". No sé yo si este hombre se lo ha pensado bien, porque tener a la muerte de tu parte es una gran cosa. "Eh, no es lo que estás pensando", me suelta como si supiera... "Tienes que escuchar más a Machín", ha rematado de forma algo enigmática. Quizá tenga razón, este abnegado soldado del amor fatal. Pero yo no dejo de preguntarme, como el cantante cubano, cómo se puede querer a dos mujeres a la vez y no estar loco o, en este caso, muerto al menos por un lado.

LA SOLEDAD DEL APRESADOR

El apresador está triste, no tiene quien le defienda. Sus amigos no lo son tanto, sino interesados voceadores de otras causas para las que la tranquilidad del apresador es, sin embargo, imprescindible. Ay, una lágrima permanece en la arena desde que la llora el apresador. Él quiere, como "manos limpias", manos libres para ordenar prisiones sin ser juzgado, sin ser removido y hasta sin ser visto. Él quiere poder querer y que los demás, si quieren, no puedan. Ay, apresador que apresas, como aquel pintor que pintaba iglesias; nunca te acordaste de apresar a uno de los vuestros. ¿Por qué desprecias la razón ajena cuando ordenas perseguir a los que no constan en tu agenda de amistades? Apresador, sabe que no estás solo, a pesar de todo, están contigo todos los que por ti a la sazón solos están. Islas y más islas de soledad, apresador: ¿qué archipiélago quieres crear?

diumenge, 26 d’agost del 2018

EL PAPA FUTBOLERO

Jorge Bergoglio no es un hombre cualquiera, es Papa de Roma, o sea, un mal individuo. Si fuera un buen tipo, no sería Papa, ni se declararía seguidor de nadie. Si fuera un hombre de bien estaría cerca del más perdido de los hombres. Al Papa le gusta el fútbol, la buena vida y el llanto aderezado desde el balcón del gran misántropo. El Papa Francisco miente como miente su nombre de guerra, pues no es otra cosa el "Francisco" de sangre que se levanta sobre el Jorge de nadie que abandonó al mismo tiempo que perdió el amor al prójimo. Jorge Bergoglio no es ni siquiera un Dimas de pega, y menos un Barrabás de pacotilla. Bergoglio es un Papa que pudo no haberlo sido y podría hoy liderar la bonhomía de los hombres sin apodo. Pero no, Jorge no es de tan sencilla condición. ¡Ay, del Cristo y su memoria entorpecedora!

dissabte, 25 d’agost del 2018

dimecres, 22 d’agost del 2018

EL PALO Y LA VELA

Cuando era niño, algunos de mis mayores solían repetir que "con la capa de los gitanos se tapan los castellanos". No sabía lo que quería decir, de modo que apenas lo oía dejaba de pensar en esas cosas tan raras que dicen los padres, los tíos, los vecinos. Hoy sí sé cuál es la enseñanza que encierra el dicho. Lamentablemente, los tiempos no han cambiado para mejor: la mierda sigue siendo mierda, pero ahora se dispensa mezclada con la comida o como relleno de los brillantes objetos con que nos dirige el capitalismo. Sí, nuestras dobleces, debilidades y torpezas, además de maldades y ruindades de toda laya, se las atribuimos a quienes desde siempre han arrostrado una fama negativa y generalmente inmerecida. Los gitanos siempre fueron mal vistos en la sociedad de los descendientes de Pelayo, en el mundo de los 'payos'. Puesto que los falsos 'egiptanos' representaban una organización social paralela a la castellana, que era la única reconocida como proba y admisible; dado que no atendían a las costumbres ni a las leyes ordinarias, sino a las de su sangre; pues su piel era más oscura que la de los nativos y la lengua en que hablaban pasaba por jerigonza, incluso por imposible germanía, a la luz de la falta de correspondencia; no pudiendo deducir de ellos rendimiento económico alguno; careciendo de valedores que los amparasen de tropelías y arbitrarias imputaciones, fueron enviados a la marginalidad y convertidos en la gran lavadora de la suciedad oficial. ¿Quiénes podían practicar el crimen, pervertir el buen orden, las costumbres sanas, la moral recta, sino los gitanos y solo ellos? Pues bien, hoy la práctica de la calumnia es habitual entre nosotros. Partidos, los llamados "colectivos", grupos de presión, de opinión, de formación, gremios, afines por cualquier situación, condición u orientación ideológica, sexual, individuos presas de insanias propias o inducidas constituyen un totum revolutum del que solo es posible salir entrando en el interior de cada cual y suspendiéndose en el silencio primordial de que está conformada nuestra naturaleza. El palo y la vela andan buscando sentido: el fuego no tiene quien lo entienda y no sabe si prender en la peana o en el pabilo para la ofrenda.

dimarts, 21 d’agost del 2018

SOBRE LA POESIA

"Quan és més important saber que entendre, quan 'El triomf és cordar-se la sabata', poc hi té a fer la poesia d'encefalograma pla. Potser sí que els mots no ens necessiten, però nosaltres necessitem els mots per respirar-los, per respirar-nos, per obtenir l'oxigen, el substrat del foc, de la foguera, de la llum. Per què sino, sempre a les fosques, com podríem escandir les nostres mil i una morts?"
(Fragment final del pròleg d'Eduard Sanahuja Yll al poemari "Era", de Jaume C. Pons Alorda.

EL TEU CÀNON

"En tota bellesa hi ha una estranyesa de la proporció."
(Bacon)

LA FIESTA DEL CORDERO

Hoy celebran los musulmanes la llamada Fiesta del Cordero. En la persiana de la carnicería "Alhambra", un trozo de papel anuncia que hasta las cinco de la tarde no se abrirá el negocio, por lo que sus propietarios piden disculpas. Mis amigos Mourad, Issa y Mohammed han salido en sendos coches junto con sus familias al completo rumbo a la mezquita. Nos hemos saludado con afecto y he recibido como un regalo sus sonrisas de felicidad por el día que esperan disfrutar. No importa que yo no sea creyente de ninguna religión porque soy un enamorado de la libertad ajena y respeto hasta sus últimas consecuencias el pensamiento de mis semejantes, por más errático que lo considere -como probablemente suceda al contrario. Hace unos días, uno de mis amigos me decía que la fiesta ya no es lo que era, que las gentes ya no se reúnen mayoritariamente a comer, sino que un número importante de "paisanos" toma la parte de carne que le corresponde y se va a su casa. Se trata del mismo mal que aqueja a las demás culturas y a los practicantes de otras religiones: los hombres en sociedad son como espermatozoides, corredores solitarios en pos de la meta o la muerte. No hay diferencias cualitativas entre los miembros de la especie humana; solo las superficialidades nos distinguen, y eso en lo tocante a los colores con que aderezaremos banderas y señalaremos sobre el papel el ámbito de nuestras obediencias. Hoy puede ser un buen día para la lectura de "Temor y temblor", de Kierkegaard. Hoy puede ser un buen día para interpretar todos los papeles de la obra, para ver de cerca la tragedia que nunca llega y el drama que no cesa de acercarse a ella. Mientras tanto, compartamos el cordero y la alegría: no supone ningún sacrificio añadido.

LA DISTANTE PROXIMIDAD

Acabo de cruzarme en la calle con un político del pueblo que no ha mucho era parlamentario. El hombre, de aspecto valleinclanesco, debía de ir ensimismado, pues, a pesar de que casi nos hemos rozado, ni se ha inmutado. Aunque llevaba gafas de sol -por llamarlas al modo clásico, ya que ahora no se usan para defenderse de los rayos del astro-, podía reconocerme sin problemas, dado que me toco con un feísimo sombrero cada vez que salgo a la calle, y desde luego cuando voy semanalmente al negocio familiar que regenta su mujer, y donde él suele cumplir un rato, si bien dormitando. El hombre puede reconocerme incluso por la espalda, como quiere el mal chiste que le pasara a Quevedo. Sin embargo, con la cabeza ligeramente inclinada, el político avanzaba por la acera sin apartarse un ápice de la línea recta imaginaria que le llevaba a su exilio interior tanto como disuadía a los demás viandantes de importunarle con cualquier excusa. En los últimas semanas, he podido comprobar cómo hasta tres políticos de muy diferente perfil ideológico se apartaban de los ciudadanos como quien huye de la peste. Se trataba de sendos ejemplos de representantes políticos locales que ya habían gustado las mieles de la política en circunscripciones más amplias. Lo más llamativo, sin embargo, es que los tres han abrazado el corporativismo como nunca lo habían hecho mientras representaban el paripé de sus discusiones contradictorias. En común también tienen que el anticapitalismo, el socialismo y el neoliberalismo que dicen defender sus respectivos partidos, a la hora de la verdad se parecen los unos a los otros como hermanos gemelos. Creo que a estos vividores de la política ahora les llaman, como a los alimentos, "de proximidad". Por cierto, alguien me ha soplado al oído que los tres esforzados partidarios... de lo suyo han coincidido, oh casualidad, en un crucero por las muy frías aguas de los mares del Norte.

dilluns, 20 d’agost del 2018

EL AUTÓGRAFO

Tengo sobre la mesa un poemario cuyo autor dedicó a alguien, probablemente al finalizar un acto de presentación del libro. El bolígrafo de tinta negra bosqueja una flor antes de la frase con que el poeta quiere mostrar su amplia visión de la vida. Al final, dos palabras ilegibles, aunque deducibles, buscan la complicidad del dedicado con el poeta, quien sabe que, ya en la calle, y hasta el fin de los días, será nadie en la consideración del otro, como lo demuestra que el ejemplar esté hoy en mis manos y no en las de aquél. El autógrafo que nombra a otro me recuerda que es nada todo y que quienes se afanan por explicar el todo no son nada tampoco. ¿La generalización del tatuaje en la actualidad tiene que ver con el miedo, no a la soledad, sino a acabar en tierra de nadie?

DIALOGAR COMO EN CASA

Mucho se habla hoy sobre dialogar, pero solo referido a la política. Sin embargo, la herramienta de la discusión, si alguna vez existió, ha desaparecido tiempo ha de los salones familiares, las aulas universitarias o los foros públicos, y ni que decir tiene de la calle, como instrumento para el entendimiento e incluso la querencia, siempre a través del conocimiento. Aquí o allá, con esta o aquella excusas, en vez de ajustar justamos ad infinitum, bizantinamente además, por cualquier insignificancia, pero también por lo que consideramos más enjundioso. Claro está que eso sucede desde el mismo momento en que hemos desatendido la curiosidad por saber y, en consecuencia, desde que nada nuevo llevamos a nuestra imaginación ni experimentamos con los materiales de la vida, sino que los arruinamos desaprovechándolos o ignorándolos. Nuestra relación con lo que nos rodea no puede ser unidireccional: no dominamos el entorno, aunque lo creamos los soberbios hombres. Pero mucho menos dominamos a nuestros semejantes, aunque les pongamos prisiones o los condenemos a la muerte, porque al final necesitamos del prójimo, de su aparente debilidad, de su simpleza. Si el encuentro del hombre con la naturaleza ha sido una sucesión de avances y retrocesos por ambas partes, ¿cómo no ha de serlo el diálogo entre iguales? Si la humanidad es el resultado de un acuerdo entre fuerzas desiguales, ¿por qué ha de ser una excepción la renovación diaria de ese espíritu? Para dialogar es necesario estar dispuestos a ceder: esta es la condición sine qua non. Quien quiera llevar a buen puerto un proyecto, poner en común una idea, hacer partícipes a los demás de un bien propio, ha de esperar que otros, los otros, a veces objeten, sugieran y hasta rechacen o sustituyan. Si sacrificamos la concordia al disparatado sentido común o a la loca razón, solo alimentaremos las asechanzas y las taimadas artes que cada sentido común y cada razón defecan en el campo de batalla en que hemos convertido la existencia. Dialogar, sí, es ceder. Como dar paso es facilitar el tránsito, o reordenar el turno en las colas de donde fuere es crear un concierto benéfico. Dialogar, sí, es ceder. Empecemos por practicar en casa, donde acostumbran a librarse las más sordas contiendas y a sufrirse las mayores traiciones, muchas veces ocultas tras subterfugios trasnochados y de un rancio romanticismo y casi siempre machista.

POETAS/ PROFETAS

Los poetas huyen siempre. Tender la mirada sobre las cosas, reparar en su ser, no es sino tomar alimento y aliento para seguir un camino que ni les pertenece ni del que quieren saber más de lo necesario. Porque tampoco es importante el camino; caminar es lo que importa, aunque sea sobre sus propios pasos. Los poetas inventan los pasos, porque no hay huida sin pasos. Los poetas son temblor, pasos desmedidos; todos los poetas son un salto único al duro suelo que cada abismo lleva anejo. Los poetas huyen siempre a su abismo, se dan con su suelo, se destruyen por sí mismos y se levantan por sí mismos también. Los poetas son poetas y nada más: huyen y nada más. Son poetas los que huyen en todo momento. Llamadlos así siempre: huidores, poetas, profetas.

diumenge, 19 d’agost del 2018

DIÁLOGO DE BESUGOS

- Eso no es así porque yo no lo veo así.
- El mundo consiste en tu gran "tú" y en un diminuto "todo lo demás".
- Yo no lo veo así.
- Yo tampoco. No sé los "demás" que hay en los otros.

PESO Y CONTRAPESO

Sabe el amor lo que le cargo a las espaldas. No sabe, sin embargo, que es ese peso el que le impide seguir el ritmo de los que, ligeros de responsabilidades, avanzan cada vez más deprisa en pos de sí mismos y del abalorio inalcanzable de la posteridad.

INTERIORIDADES PARALELAS

Regresaba a toda prisa de mí mismo cuando "¡oh, qué asco!" oigo exclamarse a un hombre frente al escaparate de una carnicería. La curiosidad, que todo lo puede, me aparta del camino que rectamente llevaba de vuelta a mi ser y me asomo al aparador. Entre las piezas de carne de ternera y cordero, entre los pollos desplumados y los conejos desollados, una enorme cabeza de cerdo parece escrutar la calle, el paso de los viandantes, su animal albedrío. Le pregunto al tipo si no había visto nunca una cabeza en esas condiciones. La mira de hito en hito, razón por la cual no puedo verle la cara directamente, pero sí a través de la cristalera. Pasan unos segundos, me ignora, o eso creo. Un "¡bah!" está a punto de llegarme a la boca abierta en el momento en que responde que las enormes orejas del porcino son las que él había soñado para sí como quien piensa en un diseño original de pabellón auditivo. "Ah, oír, oír", casi le canto a sus pequeños oídos. En jornada comicial como la de hoy, le busco los ojos de nuevo y con una media sonrisa le insto: "¡vamos, vamos, la patria espera!" No me oye, o lo afecta, así que vuelvo, pero en francés: "¡allons-y!" El quídam insiste: "¡oh, qué asco, qué asco!"

dissabte, 18 d’agost del 2018

SENCILLA Y LIBRE

Ríe mi madre cuando le cuento el cuento de los cuentos chinos de la sabiduría. Se arrellana en las arrugas que se le desbordan como olas de carne anunciadoras de un mar profundo y temible cuyo fondo ya intuye. Incluso puedo deducir que se esponja cuando se libera de la responsabilidad de la muerte, porque afecta solemnidad y mientras se señala la piel silabea: "¿es-to-qué-es?" Nada sé decirle, sino que el miedo hace ladrar a los perros y hablar a los hombres, que hasta se atreven a escribir y dejar mayor constancia de su ignorancia. Ella mira ahora indiferente las pilas de libros que flanquean mi portátil y añade: "¡ay, hijo, ay!", antes de volver a dormitar. Solo me quedo en su compañía, pero atento a la duermevela reveladora y rebelde a su manera.

divendres, 17 d’agost del 2018

LA REBUSCA

He rebuscado en la noche como quien lo hace en el interior de un bolso. No sé qué buscaba, sin embargo. La negrura es el todo, que es mucho más que la nada, pensaba. Pero en el todo no está lo que quiero, sino en el margen de mis ansias o en el desperdicio de lo que tengo y no aprovecho. La noche no ofrece sino la posibilidad de no verse para verse con claridad de otra manera. Terrible, terrible es la noche, señor Keats; escalofriante y basta, señor Fitzgerald. La noche es un yo que daña y finge y gime y devasta el centro mientras fulguran negros horizontes, pero visibles, en el extremo de la fuga creadora y arrojada. La noche es un escanciador de sueños con 'aggiornamento' decidido en la mitad de la nada con todo el pavor al helor de la mañana.

LOS MARMÓREOS

Lo que se rompe entre las gentes a diario y en cualquier circunstancia no se ve, se siente, y no es posible borrarlo como un trazo equivocado sobre el papel. Nada puede con la íntima verdad de cada hombre, que no es otra que la consecución de su contento.

LA GENERADORA SOBERBIA

Es propio de soberbios hacer del defecto virtud en cabeza propia y viceversa en la ajena. El poder generador de la soberbia necesita sembrar semillas de serviles en las tierras de los espíritus libres.

dijous, 16 d’agost del 2018

JAEZ DEL QUE MIRA Y JUZGA

Están los guardianes de la sociedad acechando tras las pantallas de los ordenadores. Nada les hiere más que el pensador libre, quien, si ingenia es un fatuo osado, y si remeda es un esclavo o un hombre desangelado aquejado de imbecilidad. Mientras eso piensan nuestros custodios, pasan por alto que hombres son y somos, y que, como dijo nuestro admirado Blas de Otero, con serlo, "con ser hombres os [nos] basta".

SABER

Se exprime los sesos frente a la piedra. "Soy un genio", se dice, o "¡qué ingenio y saber los tuyos!", se deja decir. Cuando regresa a su casa, por fin, piensa: "la cosa, en su mudez y simpleza, ninguna elucubración ingenia y está de mí tan lejos como yo de su conocimiento".

EL HOMBRE DEL TIEMPO

Durante el sueño, he tenido que salir al paso de las imprecaciones de un hombre inteligente que había enloquecido sin darse cuenta y con la percepción de que la insania se había propagado entre sus desavisados semejantes. No he podido persuadirle de que, a pesar de la enorme fuerza que ejercen los poderes fácticos, los ciudadanos no son todos unos seres desvalidos e inermes carentes de voluntad y opinión a los que se maneja como a los títeres. El hombre inteligente y disgustado echaba mano de un argumentario impropio de un hombre de su talante, además de reiterativo y anclado en un pasado que, afortunadamente, no volverá. En tales trances suelo preguntarme qué mueve a un hombre inteligente a querer seguir entre los incautos, pues ni es su gusto convivir con ellos, ni aprecia, sino con disgusto, su torpe conducirse. Se trata, en definitiva, de la consideración del prójimo como público: "si me lisonjea y obedece, bueno es; si me ignora adrede o me desconoce, al paredón del propio parecer lo llevo". Corifeo de coreutas disciplinados, protagoniza una tragedia en que el muerto es él, pero antes de lo deseado. No es un hombre de su tiempo, sino del tiempo. Cuando vuelva a soñar... ¿Quién? Cuando en un sueño nos volvamos a encontrar, me presentaré como su más sumiso... criticador.

CALDERILLA

Mantener el elogio en la enemistad es más difícil que reprobar en la amistad, porque ésta es más frágil que aquélla.

EL PRODIGIO DE INDALECIO MARÍA

Parece que Indalecio María, después de leer algunos libros de Jung, cuya obra ahora prefiere a la de Pávlov, ha decidido hacerse con las riendas de la cordura en la casa de su ama.Hace varios días que su conducta no obedece a los patrones esperados por todos. Aunque ahora parece servicial, en realidad Indalecio María ha decidido dejar de martirizar a la comunidad con sus ladridos groseros cada vez que su dueña se va a comprar al súper de la esquina, ése que ha acabado con el pequeño comercio del pueblo. El junguiano calla ladinamente para que Laurita, la propietaria de sus huesos, no le oiga desde la gran superficie. La ausencia de ruido nos tiene desconcertados a los vecinos, que no sabemos a quién increpar ni con quién desfogar nuestras frustraciones. Hay silencios de doble filo, como el de Indalecio María. ¿Pero por qué digo que el perro ha dado el paso a un estado superior del cánido a través de la sensatez? El superperro, que a escondidas había leído el Zaratustra, de Nietzsche, creyó que en su animal e irracional caso, la metamorfosis sería un prodigio que, lejos de alimentar su soberbia, ayudaría a la discapacitada de su compañera y directora de piso a resolver sus problemas de afectividad capitalista, si es que eso existe. Así, el sentido de la propiedad le desaparecería como por ensalmo y de la liberación se derivaría una generosa distribución de los bienes y la instauración de una bonhomía inaudita hasta entonces. No sabemos si lo de Indalecio María durará o será flor de un día. Pero mientras tanto, damos albricias por el nacimiento de la filosofía, que, si no se transforma en tragedia, esperamos que nos divierta como una comedia.

dimecres, 15 d’agost del 2018

ENDEREZAMIENTO

Si al despertar cada mañana esperas ser otro o que los otros a su vez lo sean también, mejor intenta dormir de alguna manera, porque ni la pasada noche puede acudir a cambiar el curso del desnortado río para el que no hay desembocadura en el horizonte.

dimarts, 14 d’agost del 2018

CIRCULAR

Iba a despuntar el día cuando/ he salido a la calle en busca/ de algo que aún no sabía qué era,/ pero cuya falta me desazonaba/ en extremo. Ni un gato, ni el canto/ de la tórtola que se esconde en el sueño,/ ni siquiera el molesto camión de la/ basura: las señales de la vida/ las llevaba yo todas resumidas/ en una angustia que, ahora lo veo/ claro, no era más que soledad./ ¿Pero es posible despertar ya en soledad?/ ¿Desierto está nuestro interior?/ ¿No es posible vivir como quien/ ha de crear la forma del paso/ primordial? Si no entendemos la muerte/ como el estado al que nos dirigimos,/ ¿somos ya muerte en carne viva que abjura/ del amor propio y hasta del amor/ al prójimo por ser éste el retrato/ que quisiéramos ver hecho añicos?/ El círculo que recorremos carece/ de regresos: no es posible volver/ al lugar ordenado para la/ partida permanente. Nadie está donde/ quieres, ni eres tú quien llena la calle/ de sentido. Despunta el día,/ en efecto, tal un parto en la/ altamar. Será y serás solo lo/ que se vea y veas; serás solo/ cuando aprendas a ver y a oír y a estar.

diumenge, 12 d’agost del 2018

IMAGINAR ¿Y NO ECHAR GOTA?

"...imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida."
(Párrafo 19 de la parte I de "Investigaciones filosóficas", de Wittgenstein.)

dijous, 9 d’agost del 2018

DE LA OFTALMOLOGÍA Y LA RABIA

"Dióscoro Galindo no era masón, pero para Arenas sucedía que rojos, masones, republicanos, maricones y comunistas eran la misma cosa, y los maestros de la escuela pública, o casi todos, también."
(Fragmento del capítulo 97 de "Granada. 1936", novela de Manuel Ayllón cuya tesis acerca de la muerte de García Lorca y otras cuestiones de indudable enjundia le ha valido su descatalogamiento solo tres años después de haberse editado.)

¿EN LA INTEMPERIE?

Le oía fantasear, ensoberbecerse con sus invenciones. Hasta ese lugar que levantaba con sus palabras no era difícil llegar, solo había que esperar a que el final de las historias recaudase su pequeño triunfo, su aplauso asordinado, lúgubre, incluso. Le oía, pero también le escuchaba: le amaba incondicionalmente. Después, el mundo se aderezaba con esto y aquello, incluso con lo que él al aire lanzaba como quien invoca a los muertos de una guerra solo personal.

SUEÑO SIN SUEÑOS

A las seis de la mañana los gustos musicales son muy extremados. Quien aún no se ha acostado y quien aún no se ha despertado casi nunca se ponen de acuerdo en qué sonido conviene más al interregno en que se halla la calle. Hoy, un coche-altavoz ha despertado a la vecindad mucho antes de que las alarmas de los relojes cumpliesen con esa misión. "¡Apaga la radio, borracho!", ha gritado una voz masculina afectando una molestia aguda. "¡Es mejor estar borracha y ser feliz que ser un amargado como tú!", ha respondido una voz de adolescente acelerada por el alcohol. Unos instantes después, el silencio ha borrado de notas los pentagramas de unos y otros: el día y la noche han trocado sus papeles, no así los gustos musicales ni la fragilidad del sueño ni la soledad de quien vive sin vivir en sí mismo por experimentar tan altas dichas cívicas.

LA HORA DE LA VERDAD

Adiós a los títulos de pleitesía: digo y Diego se confunden o recuperan su significado. La costumbre se disfraza de querencia. El ruido se acaba, el silencio impera y ordena. Césares y dioses reciben lo suyo; solo el que levantaba los días sin obediencia alguna se ha quedado encarnando la nada.

dimecres, 8 d’agost del 2018

EL HOMBRE ÍNTEGRO SE RÍE EL PRIMERO

"...también la verdad se inventa, también la verdad se inventa, también la verdad se inventa..." Ese era el ritornelo de su vida; ésa, la machadiana iteración que no lograba encauzársele en las venas. De oídas, de oídas sentenciaba. "¡Niño, ponme otra copita... pa' las metáforas!", mandaba a todas horas.

dimarts, 7 d’agost del 2018

¡FRANCO, FRANCO, FRANCO!

Seiscientos militares españoles en la reserva firman un manifiesto en contra de la exhumación de los restos del dictador sanguinario Francisco Franco. Sobran todas las palabras, aunque no hay que descartar que los cenizos de siempre salgan ahora por peteneras. Al parecer, la Constitución de 1978 tampoco acaba de poner en su sitio a la España insurgente de 1936.

EN LA INTIMIDAD

Sí, están ahí bullendo la querencia, el ansia, el deseo. No importe si se quedan dentro y lo que se ve fuera es justo lo contrario: el desprecio, la desidia, la indolencia.

LOS NOVIOS DE LA MUERTE Y SUS AMIGOS

"La Muerte cabalgaba por Granada a lomos de una infamia desbocada que se alimentaba del terror./ La derecha turbia y vesánica que tenía por suya la ciudad del darro estaba violentando cuerpos y conciencias con la misma saña que las tropas castellanas de la reina Isabel, la Católica, habían arrasado siglos antes la pacífica vida que los musulmanes establecieron en esas tierras permitiendo la coexistencia religiosa y el comercio. La furia castellana renacía ahora bajo los uniformes fascistas y esta vez, también bajo del signo de la cruz y de la espada, arrasaban todo aquello que ponía en peligro un orden de cosas que ellos creían inmutable. Musulmanes entonces, trabajadores y demócratas ahora, eran perseguidos hasta el exterminio por aquellos que solo comprendían una España: la suya, la de aquellos que todo lo tienen y todo lo exigen por derecho de casta y cuna./ Desde el 18 de julio una parte de España se había echado a la calle para quedarse con toda ella. Ellos eran España, y los que no cabían en su ideario eran los enemigos, la Antiespaña. Y al igual que cuando la Edad Media daba sus últimas bocanadas Castilla se creyó España e impuso sus armas y sus leyes sobre catalanes, aragoneses, valencianos, moros y judíos, ahora la siniestra alianza de la Cruz y de la Espada repetía su aventura para quedarse con lo que era de todos. La Muerte, su procedimiento; la Violencia, su estrategia; el Silencio, su deseo; el Terror, su principal aliado; como tantas otras veces en la historia de España."
(Fragmento del capítulo 74 de la novela "Granada. 1936" que el arquitecto madrileño Manuel Ayllón publicó hace tres años y que ya está descatalogada: ¿por qué?)

EL DUEÑO DE SU DESTINO, FRENTE AL PLATO

Gorruendo siempre; en carnes taxónomo avezado, el mundo incompleto le completa la cabeza. Paradojas de una ignorada hambre que no le ahíta las carencias pero sí le causa ahíto cuando engulle pensando que nada es mucho; o sea, que su palabra es extremo de evidencia.

EL HOMBRE ÍNTEGRO

Acodado en la barra del bar, observo al parroquiano que fantasea, y callo. Sabe él que no formo parte de su fantasmagoría, pero le da igual. "La verdad y la mentira son ajenas a nuestra voluntad", no dice aunque lo da a antender. Lo vuelvo a mirar; pongo atención a lo que inventa: sí, reconozco su fantasía, sus argumentos antiguos, su seguridad de atalaya serrana y solitaria. En el bar somos más, sobre todo cuando estamos solos. Cuando me cansa, dejo de escucharlo, pero sigo oyéndolo. No le espanta la soledad, sino la melancolía de que no puede desasirse. "Bebe", le recomienda al camarero, quien concluye: "el tiempo es muy puñetero".

diumenge, 5 d’agost del 2018

LOS TIEMPOS MARCADOS (II)

Un hombre pierde su tiempo cuando no depone su antiguo punto de vista, que casi siempre resulta anticuado. Si, además, lo juzga vigente, la índole de su problema merece la desconsideración o la misericordia.

EL DOBLE DE NADA

Tanto le ocupó lo que tenía que decir que en vez de interlocutor se llegó hasta donde éste estaba, lo apartó, y aún tuvo tiempo de recibir el eco último de sus propias palabras.

LA MEDIDA

Quien malogra el tiempo del silencio con sonoridades y artes de papagayo, ahueque el ala hacia ninguna parte, que es el sino de los burladores doloridos.

LOS TIEMPOS MARCADOS

Lo peor de los hombres a los que les ha pasado su tiempo es que se abandonan a la molicie chabacana mientras les supura el pus del ayer.

EL ESTORNUDO

Estoy pensando en estornudar haciendo alguna acrobacia cibernética para ver si en vez de comentaristas de chorradas intervienen otros que me persuadan de que no solamente escribo tonterías. Los hay que únicamente se hacen notar para resaltar sus delirios. ¡Vamos, que hablen de mí aunque sea para bien, aprovechando que soy el centro del mundo... irreal!

dissabte, 4 d’agost del 2018

EL TIEMPO DE MI MADRE

A mi madre le ha gustado siempre regalarme relojes. Dentro de sus posibilidades, me ha obsequiado con una variedad nada despreciable de modelos que no han hecho sino asegurar mi dependencia de una magnitud que nos condiciona mortalmente a lo largo de nuestra existencia. Para mi madre, el artículo que se suele llevar en la muñeca, o ya raramente en algún bolsillo, completa la figura de los hombres, a quienes considera imperfectos sin ellos. Cualquier ciudadano de bien, respetable "y de su casa " ha de saber en todo momento en qué hora vive y cuándo ha de acudir a las inexcusables obligaciones que tiene contraídas. Medida grande para los hombres, pequeña para las mujeres: este es el mundo de mi madre. Sin embargo, a mí me gusta echarle un poco de sustancia a lo que para ella ha sido una acción aprendida y habitual, y quiero pensar que cuando me regalaba relojes me estaba traspasando el tiempo. Pero no el tiempo de todos los hombres, el tiempo adquirido en la pasada eternidad, no; el tiempo de una madre, su tiempo, que no hay reloj que mida, a pesar de todo. Cada vez que nos vemos, aunque solo hayan pasado unos días desde la última vez, me pregunta por el último reloj. "¿Es que no te gusta?", me interroga, si no me lo ve puesto. "Al contrario, me gusta mucho, pero no quiero...", y aquí me invento según la ocasión la excusa que la contente. En realidad, yo no quiero heredar su tiempo, sino vivirlo junto a ella con el mío. Son tiempos diferentes, por más que el mismo sean. Los relojes no miden el tiempo, en verdad, lo llevan dentro y se desprende de ellos cual perfume cuando alguien lo pone en tus manos como quien pone su vida a tu amor.

CONCEPCIÓN ARENAL, UNA AVANZADA DE HACE DOS SIGLOS

Concepción Arenal fue un ejemplo de mujer comprometida con la sociedad y de estudiosa de sus comportamientos. Funcionaria de prisiones, pero también licenciada en Derecho, periodista y escritora, supuso una excepción en el siglo XIX español, en que la miseria, las desigualdades y el abandono de los desfavorecidos, entre los cuales hemos de contar a las mujeres en su conjunto, el pensamiento de Arenal sigue yendo hoy por delante del que rige nuestros destinos. El adagio más conocido de cuantos se derivaron de su quehacer en favor de los menesterosos es el que pedía: "odia el delito y compadece al delincuente". Solo de esta manera era posible no criminalizar a los hombres por su origen, condición, sexo..., sino la naturaleza de los actos cometidos. La mujer clamó en el desierto durante su vida, durante el siglo XX no constituyó ni un recuerdo y en el XXI apenas si aparece en los manuales de historia. Hoy y aquí, en España, cuando la inquina se ha apoderado del mal llamado pensamiento, que, eso sí, tiende a ser homogeneizador, idiotizador, único..., bueno sería adaptar a los discursos interesados de las facciones que se disputan los beneficios del poder el espíritu de la ferrolana. ¿Sería posible que aguna vez las discrepancias puedan expresarse sin que la defensa de sus contenidos lleven al enfrentamiento personal y que las diferencias no se confundan con la oposición irreductible y enfermiza? Dicho de otra manera: ¿podemos dejar de adorar el ídolo de la verdad monoteísta?

divendres, 3 d’agost del 2018

LAS CAMISAS

Pepe "el de las cabras" se presentó en mi casa casi a medianoche del 23 de febrero de 1981. Pese a las horas, cubría el tronco únicamente con la camisa de Falange que estrenó el 18 de julio de 1936. Mis padres le abrieron la puerta al "camisa nueva", pero no le invitaron a pasar, pese a lo cual él se introdujo en la vivienda. Ya en el comedor, sacó de la parte trasera de su pantalón una pistola que no supe entonces ni sé hoy identificar. "¿Pepe, eso para qué es?", le preguntó mi padre. "Pa' cargarme al que haga farta, Ozé", repuso con voz algo tomada. "¡Por España!", gritó mientras levantaba el brazo al modo fascista y los efluvios del alcohol tomaban la estancia. Cerca de mi domicilio, la sede de Falange llevaba dando muestras sonoras de actividad desde que Tejero entrara en el Congreso de los Diputados. "Pepe, es muy tarde, y María estará preocupada por ti: estás lejos de tu casa", le dijo mi madre. "Lo único que importa es la patria", nos dejó en los oídos antes de verlo desaparecer como había venido, aunque cualquiera que no lo conociera hubiera afirmado que era un "camisa vieja". No hizo falta decirle adiós. Nos miramos todos. "La radio, Jorge, a ver qué dice la radio de los trasnochadores", solicitó mi padre. A Pepe "el de las cabras" no lo vimos nunca más. La sede de Falange desapareció. Hoy me acuerdo de él y pienso en su pistola: ¿quién la habrá heredado?

PREGUNTA

¿Alguien sabe por qué me sale permanentemente la cara de Inés Arrimadas a la derecha de la pantalla postulándose como futura presidenta la Generalitat y como famosa muy fresca con un club de fans -que no chic-?

HISTORIAS CON PRESENTE

Sucede a veces que una obra de ficción -que por más documentada que esté no deja de ser ficción- reproduce de forma tan fidedigna la realidad que se convierte en un quiste. "Granada. 1936" es una novela que vio la luz hace solo tres años y hace tiempo que está descatalogada. ¿Por qué? La lectura de las hipótesis que en ella se plantean acerca de la muerte de Federico García Lorca, pero también de las maniobras políticas y las barbaridades vividas en la Granada de 1936 -y por extensión en la España de la maltrecha y secuestrada Segunda República-, seguramente ha indispuesto la vista de los descendientes de los espadones y sus adinerados cómplices que protagonizaron el anihilamiento de la Constitución de 1931. Leo:
"Con el dispositivo militar desplegado sobre la ciudad y procediéndose a la detención masiva de partidarios del Frente Popular, la burguesía granadina salió de sus domicilios y se echó a la calle para colaborar con los sublevados./ Había comenzado en Granada una cacería salvaje. Recuerdos, odios, venganzas de antiguo y resentimientos podridos empezaron a escribirse en siniestros papeles que circulaban entre los 'piquetes de limpieza'."
(Fragmento del capítulo 58 de la novela "Granada. 1936", de Manuel Ayllón.)

¿ESPECULAR? (III)

Por fin, el igual se mira en el desigual, se reconoce íntimamente, pero sigue ignorándolo. Por fin, el desigual se atavía con las ropas del igual, a quien ayuda a sostener su demediada soberbia.

¿ESPECULAR?

Una mentira a gritos; una verdad en silencio. Por más que la diferencia conozcas, eliges siempre el autoengaño.

¿ESPECULAR? (II)

Mientras el grito lleve agua, aunque sea estadiza, y el silencio no descubra la angustia de la sed, será la dicotomía en ti una unión de alto rieso.

dijous, 2 d’agost del 2018

MUERTE DE UN LABRANTE DE OÍDOS

Indalecio María ha muerto siete veces. Felina muerte, la del perro ladrador. Mas una le queda, pues, can al cabo, ocho vidas le están reservadas al animal superior... o más bravucón: la del sueño de su amo, a quien hemos salvado los victimarios por la incomprensible comprensión entre los hombres.

CORRESPONDENCIAS

Vese pidiendo claridad el que se mira en el interior mirador que a sus páramos da. Un fugitivo eco no retrocede al oír al que clama: huye con más ahínco. Del otro habla, cree, por no creerse a sí mismo.

VER (II)

Dejad sentir al ciego; al vidente, dadle a ver.

VER

¿Ve el vidente? ¿Ve que no ve? ¿Ve de intentarlo? O si de veras ve, ¿qué ve, que no se arrepiente de ver?

dimecres, 1 d’agost del 2018

LUZ Y FER

Nada a oscuras puedes, pero te inventas la luz para ocultarlo. Luz y fer la nada, pero luz, luz, fer luz también como disolvente. La nada y la luz, las deas del oscuro. Habla, poeta, pisa la claridad y cae sin remedio sobre el fondo de tu infierno.