MUERTE DE UN LABRANTE DE OÍDOS
Indalecio María ha muerto siete veces. Felina muerte, la del perro ladrador. Mas una le queda, pues, can al cabo, ocho vidas le están reservadas al animal superior... o más bravucón: la del sueño de su amo, a quien hemos salvado los victimarios por la incomprensible comprensión entre los hombres.
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