dilluns, 20 d’agost del 2018
EL AUTÓGRAFO
Tengo sobre la mesa un poemario cuyo autor dedicó a alguien, probablemente al finalizar un acto de presentación del libro. El bolígrafo de tinta negra bosqueja una flor antes de la frase con que el poeta quiere mostrar su amplia visión de la vida. Al final, dos palabras ilegibles, aunque deducibles, buscan la complicidad del dedicado con el poeta, quien sabe que, ya en la calle, y hasta el fin de los días, será nadie en la consideración del otro, como lo demuestra que el ejemplar esté hoy en mis manos y no en las de aquél. El autógrafo que nombra a otro me recuerda que es nada todo y que quienes se afanan por explicar el todo no son nada tampoco. ¿La generalización del tatuaje en la actualidad tiene que ver con el miedo, no a la soledad, sino a acabar en tierra de nadie?
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