diumenge, 26 d’agost del 2018
EL PAPA FUTBOLERO
Jorge Bergoglio no es un hombre cualquiera, es Papa de Roma, o sea, un mal individuo. Si fuera un buen tipo, no sería Papa, ni se declararía seguidor de nadie. Si fuera un hombre de bien estaría cerca del más perdido de los hombres. Al Papa le gusta el fútbol, la buena vida y el llanto aderezado desde el balcón del gran misántropo. El Papa Francisco miente como miente su nombre de guerra, pues no es otra cosa el "Francisco" de sangre que se levanta sobre el Jorge de nadie que abandonó al mismo tiempo que perdió el amor al prójimo. Jorge Bergoglio no es ni siquiera un Dimas de pega, y menos un Barrabás de pacotilla. Bergoglio es un Papa que pudo no haberlo sido y podría hoy liderar la bonhomía de los hombres sin apodo. Pero no, Jorge no es de tan sencilla condición. ¡Ay, del Cristo y su memoria entorpecedora!
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